Miraba atentamente a cada uno de los jugadores, hasta que me topé con alguien inesperado. No podía creerlo, aquel chico tímido que se sentaba a mi lado ahora se encontraba jugando con los demás, y se estaba quitando la camiseta debido a que se encontraba todo sudado y acalorado.
¿¡Cómo es posible que un chico tan vergonzoso ahora mismo esté corriendo sin camiseta con media universidad mirándolo!?
No pude evitar sonrojarme, el chico estaba muy bien trabajado y el sudor digamos que no ayudaba en ese sentido. Mi mirada no hacía más que desviarse hacia su marcado y tonificado abdomen, que parecía notarse cada vez más a medida que el chico seguía corriendo. Pero por lo que pude apreciar no era la única que estaba observando al apuesto Jeon, un grupo de chicas se lo estaba comiendo con los ojos y no sabéis cómo odiaba a esos típicos grupos de imbéciles que se creen superiores por tan solo tener un cuerpo bonito y medio recinto escolar a sus pies y fingir ser tan perfectas y amables, cuando realmente son unas interesadas. Me sacaban de quicio.
Podía escuchar con dificultad la conversación del chico a lo lejos, estaba hablando con tanta normalidad, no tartamudeaba ni miraba al suelo, cosa que me extrañó bastante en un principio.
— A lo mejor tiene doble personalidad— pensé en voz alta, casi riéndome de mi propio y estúpido comentario.
— ¿De quién estás hablando?— habló el chico sudoroso que se sentó a mi lado. Al parecer también estaba jugando con los demás, pero habían hecho una pequeña pausa para retomar energías.
— ¿Eh? ¿Oye, no te han dicho que meterse en la conversación de otro es de mala educación?— me quejé cuando pude atender a la pregunta del acalorado muchacho.
— ¿Oye, no te han dicho que juzgar a alguien a sus espaldas es de mala educación?— alzó una ceja y me miró desafiante, esbozando una socarrona sonrisa sobre sus labios.
Me quedé callada y algo frustrada ya que el chico me había dejado con la palabra en la boca. No dije nada más ya que él estaba hablando hace un rato con el 'chico perfecto' y no quería llevarme mal con sus amigos, es más, no quería llevarme mal con nadie y el muchacho tuvo sus razones para contestarme de esa forma.
— Y dime, ¿de quién estabas hablando?— se secó el sudor de su nuca entre risitas, mirando mi expresión de sorpresa.
— De él— señalé al chico del que aún no conocía su nombre, el chico sin camiseta el cual hablaba en ese momento con los demás jugadores de forma alegre.
— ¿Oh, de nuestro conejito playboy?— rió dulcemente, dejándome anonadada cuando pude ver su encantadora sonrisa, tan perfecta, tan única, tan... suya.
— ¿Conejito? ¿Acabas de decir... conejito?— abrí mis ojos como platos al oír dichas palabras salir de su perfecta boca.
No podía ser, era imposible que aquel chico fuera el desconocido que me escribía de vez en cuando. Solo debía ser una simple coincidencia. Además, ¿¡cómo que Playboy!?
— Sí, lo llamamos así por sus rasgos. ¿No te has dado cuenta? Tiene la sonrisa de un adorable conejito— siguió riendo el de baja estatura, hasta que alguien le interrumpió. Era otro jugador, quien lo estaba llamando para seguir con el partido.
— Ahora que lo dices, es verdad— susurré, razonando una vez más sobre lo ocurrido y reí junto a él mientras se levantaba del banco.
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Blood Tears | BTS
FanfictionLa vida de T/N era agradable y tranquila. Vivía con su madre a las afueras de una ciudad desde que la mujer se separó de su antiguo marido. Sin embargo, de forma inesperada, la madre de la muchacha decide casarse con un hombre con el que mantenía un...