CAPÍTULO 57

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A la mañana siguiente me desperté, hice la rutina de todos los días y decidí llamar a Mina. Era la única a la que podía contarle mis problemas. A veces necesitaba una amiga con la que poder charlar y conversar sobre nuestras tonterías.

Espera, ¿puedes repetir eso?— preguntó atónita la pelinegra, acomodándose en el sofá junto a mí.

— Jungkook me besó— susurré por lo bajo— ¡No sé cómo pasó! ¡Yo, él, nosotros, la conversación y, esto...!— intenté explicárselo, pero me parecía imposible.

— ¿Pero te besó él a ti?— me tomó por los hombros con fuerza, podía sentir lo emocionada que ésta estaba.

— Sí, incluso me avisó antes de hacerlo, y yo aún así no lo rechacé— enrredé mis dedos entre los mechones de mi cabello. La frustración recorría todo mi cuerpo, pero aun así, no me arrepentirá de ello— Soy idiota. He correspondido el beso de Jungkook, sabiendo que él está confundido.

Ey, no te preocupes. Es cierto, lo que has hecho no está del todo bien, pero tampoco tienes que echarte toda la culpa— acarició mis brazos, intentando calmarme— Jungkook también tiene parte— me miró detenidamente— Que un chico tan atractivo te seduzca de tal manera— desvió su mirada algo avergonzada— Bueno, es imposible resistirse.

— ¡Oye!— le di un leve golpe en el hombro, sonrojándome ante sus palabras.

Mina rió levemente, peinando mis desordenados cabellos con sus finos y delicados dedos como respuesta.

Seguimos hablando del mismo tema en concreto. La conversación se desvió hacia asuntos más amorosos, y allí, salió la pregunta tan esperada.

— ¿Y a ti? ¿Te gusta alguien?— me acomodé en el sofá, observando detenidamente cada gesto y movimiento que Mina hacía.

— Bueno— se puso tan nerviosa que juraría haber escuchado su corazón latir con fuerza desde donde me encontraba sentada.

— ¡Dime, venga!— la achuché, moviendo su cuerpo de un lado a otro, sabiendo lo mucho que le molestaba eso.

— Él es...— susurró cabizbaja, intentando dejar el tema a un lado.

— Él es...— alargué un poco más la frase, con el propósito de que ella la siguiera.

Jungkook— volvió a murmurar apenada, con las mejillas de un color durazno y las manos temblando de los nervios.

Al escuchar ese nombre, mi sonrisa se borró.

¿Por qué? ¿Por qué me molestó tanto saber que mi mejor amiga estaba enamorada de aquel chico? Del chico que me besó un día atrás, del que hizo que mi corazón se acelerara como nunca lo había hecho nadie, del que me dejó con miles de dudas e interrogantes, del que no me dejó dormir la noche anterior porque estaba demasiado ocupada pensando en él, del chico que...

— ¿Estás bien?— su melodiosa voz interrumpió mis pensamientos de inmediato.

— Sí— mis cuerdas vocales vibraban de los nervios y la ira que mi cuerpo contenía— Solo necesito descansar un poco, aún estoy algo saturada por lo del beso— me excusé.

— Entendido. Recupérate y no te olvides del examen de mañana— besó mi mejilla como de costumbre y se alejó después de darme un fuerte abrazo.

— Adiós, Mina— intenté sonar un poco más animada de lo que realmente estaba.

El resto de la mañana estuve repasando todo lo que Jungkook me enseñó.

Después de comer quedé con Taehyung, estuvimos hablando de temas triviales hasta que se hizo tarde y nos tuvimos que ir cada uno a su casa. Cené y me acosté. Mi día no fue muy entretenido que digamos, fue una domingo muy corto.

Blood Tears | BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora