CAPÍTULO 62

809 70 16
                                    

Al día siguiente todo fue relativamente normal. Me levanté, duché, desayuné y dirigí a la universidad.

Estaba bastante animada, pues sabía de antemano que Yoongi me iba a recoger de la uni y luego comeríamos juntos en su casa, por lo que la emoción recorría cada uno de mis sentidos.

Toda una niña pequeña, lo sé.

Nada más llegar busqué a Mina. Al no encontrarla dirigí mi mirada hacia otro lado, encontrándome con Kookie y Taehyung, quienes estaban mantenimiento una conversación apenas audible para mí. Jeon hablaba con una pequeña sonrisita y Taehyung no dejaba de mirarlo detenidamente mientras pasaba su brazo por encima de sus hombros. Parecía totalmente hipnotizado con el rostro del menor, tanto que incluso tardó un par de segundos en contestar a lo que el contrario le dijo.

— Chicos— saludé, moviendo mi mano de un lado a otro desde la distancia, corriendo hacia ellos.

— ¡¡T/N!!— exclamó el castañito con euforia, abrazándome con fuerza— Hacía tanto que no te veía. Seguro que no me has extrañado— hizo un pequeño puchero antes de soltarme y volver con Jungkook, quien me dedicó una dulce sonrisita.

Saludó el menor con aquella preciosa sonrisa que se ampliaba a medida que yo avanzaba hacia ellos.

— Buenos días. ¿Habéis visto a Mina? Desde ayer no sé nada sobre ella y normalmente me manda un mensaje nada más despertar— suspiré con preocupación.

Yo quedé con ella ayer. Eran las ocho menos veinte cuando la vi por última vez— confesó Jungkook con el mismo tono.

— ¿Por eso no quisiste venir a mi casa?— pronunció el otro chico, mirándolo realmente apenado.

Sí. Necesitaba hablar con ella de algo importante— susurró, haciendo que sus mejillas se tiñeran de un ligero rosado mientras me miraba de soslayo, con dicho rubor extendiéndose por todo su rostro.

Taehyung no dijo nada, simplemente se quedó en silencio, mirando a Jungkook con el ceño fruncido, intentando averiguar la causa de su tan repentino sonrojo.

— Oye, Taehyung, no te preocupes. Hoy tengo que ir a tu casa, ¿recuerdas?— lo miró seriamente— Tenemos que hablar de lo que te dije ayer.

— Venga, Jeon. No seas así— esta vez, el mencionado dejó escapar una risita mientras le daba un toque bajo la barbilla al menor, como normalmente acostumbraba a hacer.

— Te lo volveré a repetir por decimoquinta vez. ¿Por qué me llamas Jeon? ¡No soy tu tío ni tu jefe ni el mismísimo presidente de Corea!— fingió estar realmente ofendido, inflando sus aún rojas mejillas con indignación.

— Ya te lo dije el otro día— relamió sus labios, haciéndolo sonrojar nuevamente por aquel comentario.

—  ¡No me vengas con la misma tontería de que "suena más atractivo, así como tú, Jeon"!— se cruzó de brazos fulminando con la mirada al mayor, quien no dejaba de reír, dando varios golpecitos al pectoral izquierdo de Jungkook.

Taehyung abrió la boca para pronunciar una palabra, pero fue interrumpido por el timbre que indicaba el inicio de clases.

Jungkook me agarró de la muñeca y empezó a correr en dirección a nuestro aula, intentando perder de vista a Taehyung para no seguir con esa conversación.

— ¡Esto no quedará así, Jeon Jungkook!— gritó el mayor desde lo lejos, antes de que nosotros pudiéramos entrar en clase, siendo obviamente los primeros en llegar.

Jungkook suspiró aliviado entre risas, sentándose en su pupitre mientras dejaba su chaqueta a un lado.

— Pobre, TaeTae— susurré, acompañando su dulce y melodiosa risa.

Blood Tears | BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora