8. Idiota

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Libz

«Sí. Sí. Sí.

Guelto se había desmayado, al igual que Neo, y Delant había dicho una profecía. Gran cosa.»

Libz estaba caminando por la calle. Se dirigía a Academia. Hacía dos días que todo eso había ocurrido. Sus amigos ya se habían recuperado, eso era lo bueno, pero habían perdido la estatuilla del escarabajo. Lo que no comprendía era por qué el Rector se la había llevado. ¿Qué planeaba hacer con ella?

- ¡Libz! -el grito provino a unos metros detrás de ella. Nash la alcanzó y comenzó a caminar a su lado- Te estuve llamando desde hace rato, pero no me hacías caso.

-Perdona, andaba pensando.

- ¿Sabes qué haremos hoy?

-Según tengo entendido será el tercer filtro. Luego de eso comenzarán las vacaciones de fin de año.

-Ya veo. ¿Recuerdas lo que pasó el año pasado en la fiesta de fin de ciclo? -le preguntó Nash.

-Claro que sí -le contestó-. ¿Recuerdas que vimos a Neo bailar con Delant?

-Esa es la cuestión, Libz -Nash se detuvo. Libz lo observó, no entendía por qué su amigo se comportaba de manera extraña. ¿Es que acaso él no era capaz de recordarlo? ¿Lo había olvidado?- Yo no debería recordarlo. Soy Nash, no Noa. ¿Ahora lo entiendes?

Se quedó fría. Él tenía razón.

-Eso fue raro. Podría jurar que eras Noa hace unos segundos -le dijo.

-Te contaré un secreto que solo sabe Wolf -Nash se acercó a ella-. Desde hace unos días comenzaron a llegar a mi mente recuerdos de quién soy, pero, y esto es algo que ni si quiera mi primo sabe, también llegan recuerdos de otra persona, y creo que son de Noa.

- ¿Y eso qué significa?

-No lo sé.

«¡Ring!» Se escuchó a lo lejos. El reloj de Academia ha sonado marcando las ocho de la mañana. Ninguno de los dos hizo más preguntas y corrieron hacia las puertas.

Todos los estudiantes estaban en el campus principal. Sobre el que se alzaban los cinco edificios principales de Academia.

«Se les comunica que cincuenta postulantes han sido eliminados con los primeros dos filtros. Hoy se realizará el tercero. Ahora, denle la bienvenida al Rector»

La plataforma que habían visto días atrás descendió desde el cielo. Sobre ella estaba parado el Rector.

- ¡Nuevamente sean bienvenidos! -anunció, se escuchaba eufórico- ¡Hoy sabremos quienes son los estudiantes que ingresarán a este curso! Sin mas que agregar que comience el último filtro.

El suelo se volvió negro, unas rayas rojas comenzaron a salir de todos lados, formado cuadrados pequeños a su paso. Luego, desde el medio, se formó un agujero que se fue expandiendo en pocos segundos, Libz y todos los demás cayeron dentro.


«Se da por concluido el segundo filtro. Recuerden que el primero aún no termina. Lo único que tienen que hacer es atravesar el portal»

La voz en off se perdió entre el bullicio de susurros que comenzaron a escucharse en el parque. Libz observó como poco a poco todos iban caminando hacia el portal. Hacían caso omiso de los chicos que habían sido atravesados por las patas del escarabajo que se iban desangrando en el suelo.

«Necesitamos ayuda» pensaba Libz, «ayuda».

Ya no quedaban muchos chicos en el parque. Algunos se habían quedado en estado de shock.

«Bien. No queda de otra»

-Dixan, sostén a Neo junto con Wolf. Delant y Jearel levanten a Guelto.

Sus amigos la miraron confusos.

- ¡Rápido! ¡Hay que llevarlos a la enfermería! ¡Nash! ¡Adelántate, nosotros vamos tras de ti!


Eso había pasado hace dos días. Ahora se encontraban en un pasillo, un extenso y sutilmente iluminado pasillo.

- ¿Se encuentran bien? -dijo Dixan ayudando a Jearel a levantarse.

-Yo sí lo estoy -contestó Libz-. Gracias por la ayuda.

- ¿Dónde estamos? -preguntó Neo mirando a su alrededor.

-No lo sé -le contestó Guelto-. Parece un...

«Bienvenidos al Auditorio»

Una puerta de dos hojas se materializó en la pared frente a ellos. La madera oscura hacía que los símbolos que se encontraban a los lados y en lo alto pasaran casi desapercibidos.

-Oigan, ¿qué son esos símbolos? -preguntó Guelto, señalando hacia arriba-. Ahí, sobre la puerta.

-No son símbolos -le contestó Nash-. Eso es griego antiguo.

-Bien -Wolf se acercó a su primo-. Dime, ¿cómo sabes eso? Pasó lo mismo antes, cuando encontramos el escarabajo.

-No lo sé. Solo apareció en mi cabeza.

-Ahí dice: Theátron -susurró Dixan.

- ¿Cómo lo sabes? -le preguntó Libz. El rostro de su amigo era un enigma.

-No lo sé -contestó-. Las letras cobraron sentido en mi cabeza.

-Me pasó lo mismo cuando estuvimos en Egipto -todos mueven la cabeza de un lado a otro. Ven a Neo y luego a Dixan, por alguna extraña razón uno podía leer griego antiguo y el otro, jeroglíficos.

«¿Qué se supone que está pasando?»

«Por favor, pasen»

La puerta frente a ellos se abrió de par en par hacia el exterior con un rechinar, dejando a la vista una escalera que descendía. A los lados se podían ver unos asientos como los de una sala de cine. En la parte central, donde finalizaban las escaleras había un escenario. Era impresionante. Libz podía ver decoraciones doradas en la base de las columnas, en las escaleras mismas y sobre aquello, una enorme cúpula que se elevaba a varios cientos de metros sobre su cabeza. Fácilmente hubiese podido entrar la Estatua de la Libertad en aquel Auditorio.

-Wuao... -soltó Nash.

Sí. Eso era lo que todos pensaban.

A varios metros a su derecha, otra puerta de doble hoja se abrió, de ella comenzaron a ingresar otras personas. Otra puerta más allá, y otra, y otra. Los postulantes estaban entrando.

«Siéntense. En breve se les dará las indicaciones»

Todos los presentes se aproximaron a los asientos que tenían más próximos.

Desde un extremo del escenario salió una señorita. Llevaba un vestido corto de color negro. Unos lentes morados y su cabello largo y suelto le daban un aire de secretaria. Cuando habló su voz fue suave, pero confiada:

-Muy buenos días a todos. Llevaremos a cabo el tercer filtro en este lugar. Se escogerán a tres representantes del grupo actual a través de un sorteo. Suerte.

Tres pantallas holográficas comenzaron a mostrar fotografías de cada uno de los Meta. Pasaban a una velocidad impresionante que no daba tiempo de recordar el rostro de alguno porque una décima de segundo después ya se mostraba otro.

-Ruleta deteniéndose -dijo la señorita.

Las imágenes comenzaron a pasar más lento. Había rostros de personas que nunca antes había visto, pero otras que sí le resultaban algo familiares.

-Los representantes son: Chars Silva -la primera foto se detuvo-, Deivi Mendoza -la segunda foto se detuvo-, y Libz Visa.

«Tenía que ser yo, ¿cierto? Ahora que lo pienso, algo parecido le ocurrió a Noa el día que vino por primera vez a estudiar con nosotros. Ahora me pasa a mí. Esto es tu culpa, idiota»

Laztrasti: Academia | Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora