Nash
Wolf y Nash se encontraban parados afuera de un centro comercial.
- ¿Qué hacemos aquí? -le preguntó Wolf.
-Me pareció que nos haría bien salir a pasear. No conozco mucho de este mundo, así que usé el internet y busqué centros comerciales a donde pudiéramos ir, y encontré este. Así que no empieces a quejarte y vamos a comer.
Los dos primos caminaron hacia el interior. Veían como las personas disfrutaban de la compañía mutua. Padres e hijos yendo de aquí para allá.
-Oye Nash -le dijo Wolf-. ¿Tengo algún tío llamado Flavio en tu Tierra?
Nash se detuvo y miró a su primo. Había una nostalgia que no podía explicar. Algo en sus ojos le decía que era importante.
-Me gustaría poder responderte eso, pero no lo recuerdo. ¿Por qué me lo preguntas?
-Por nada. Olvídalo -mintió.
La tarde caía sobre el centro comercial. La parte central, en donde estaban algunos stands, escaleras eléctricas y pequeños puestos de comida, estaba a cielo abierto; así que podía verse claramente como es que el cielo se teñía de un color naranja, y las estrellas aparecían poco a poco. Caminaron hasta estar cerca de una fuente de agua. Se sentó en una banca de cemento y sin pensarlo Nash dijo:
-He estado compartiendo recuerdos con Noa.
- ¿Qué? -Wolf estaba confundido.
-Ya son varios meses. Es como si mis recuerdos y los suyos estuviesen conectados. Puedo ver dentro de su mente, y sospecho que él puede ver dentro de la mía, aunque no hay mucho que ver después de todo.
-Entiendo. ¿Puedes decirme cómo está?
-El último recuerdo importante que tengo de él es... Espera, no lo recuerdo.
-Pero me acabas de decir que compartes sus recuerdos.
- ¿Eso hice?
- ¿Te sientes bien? -Wolf caminó hasta su primo y lo tomó del hombro. Algunas personas comenzaron a correr.
-Yo... No lo sé. ¿Quién eres?
Wolf estaba a punto de contestar, pero se preguntó quién era el joven que tenía frente a sí. Por un instante dudó, pero luego lo recordó, era su primo.
- ¡Nash, reacciona! -lo sacudió.
- ¡Eh! ¡Qué pasa! -le contestó su primo.
-Me olvidaste -Wolf miró a Nash con suma preocupación-. Quizá se deba a tu conexión con mi primo.
-Volvamos a casa -soltó Nash. Se levantó y jaló a su primo del brazo-. ¡Rápido! ¡Tenemos que irnos de aquí!
-Espera, ¿por qué? -preguntó, otras personas corrieron en dirección a la salida trasera.
-Tengo un mal presentimiento, uno muy malo. Solo vámonos.
-Aquí están -dijo una chica que se detuvo delante de ellos, jadeando-. Los he estado buscando.
Nash se giró para ver quién les hablaba y entonces se dio cuenta de que ya no podían irse. Delant los miraba con urgencia. Algo estaba pasando.
-Son los demás -soltó agitada-. Están peleando contra metahumanos. ¡Vamos!
Los tres jóvenes corrieron hacia la entrada principal.
- ¿Me puedes explicar más claramente qué pasa? -le preguntó Nash a Delant mientras corrían.
-Vinimos a pasear, y al llegar nos dimos con la sorpresa de que algunos metahumanos querían tomar en cautiverio todo el centro comercial, así que Guelto y los demás les hicieron frente. Yo corrí en busca de ayuda y... tuve la sensación de que estaban aquí.
-Vale.
Doblaron una esquina, viendo como unas personas corrían despavoridas a ocultarse en las tiendas de ropa.
-Nash -escuchó que le susurraba Wolf-, la pregunta que te hice hace rato, sobre mi tío Flavio... Él desapareció de esta Tierra. Nunca pudimos encontrarlo. Una parte de mí quería creer que quizá en tu Tierra no hubiese pasado lo mismo.
-Yo también te mentí -susurró Nash casi inaudiblemente-. La verdad es que...
Terminaron de subir las escaleras y se toparon con una escena desastrosa. El suelo del segundo piso al que acababan de llegar estaba destrozado. Algunos puestos de comida ardían sin control. Neo y Guelto estaban tirados en el suelo a varios metros por detrás de tres jóvenes que Nash recordaba vagamente de Academia.
- Oh, veo que trajeron refuerzos -dijo el del centro, sonriendo-. ¿Quién sigue?
Jearel se giró desde su sitio y miro a Nash directamente, por un instante vio como los labios de su amiga se movían sin emitir sonido. Logró distinguir solo dos palabras de entre todas las que vocalizó: Lo siento.
- ¿Y bien? -preguntó uno de los metahumanos, dio un par de pasos hacia donde estaba Dixan y sus amigos- ¿Se nos quedarán viendo o alguien se enfrentará a nosotros?
-No los provoques, Ryan -le exhortó una chica que ni siquiera miraba lo que ocurría-. Solo los espantarás.
-Tú no te metas, Lira -le reclamó Ryan.
-Solo estás aquí porque no pudiste obtener la reliquia en tu misión anterior -le provocó Lira.
Dixan no dejaba de ver al joven que tenía delante, era quien los había emboscado en Grecia para obtener su reliquia. Era el chico de las sombras.
-Basta ustedes dos. Estamos aquí solo para recuperar aquello que nos mandaron a buscar. No era necesario que destruyeran este lugar -el chico que estaba al lado izquierdo, que se había mantenido callado hasta ese momento, los miró con cierto desprecio.
Lira y Ryan corrieron hacia donde estaban los demás. Las sombras se materializaron y saltaron contra Dixan y sus amigos. Wolf se había acercado a Jearel, ambos usaron sus poderes eléctricos y crearon una onda expansiva que desintegró a las sombras.
-Gracias -dijo Lira al estar cerca de Wolf. Golpeó el suelo y este se rajó como si fuese de cristal. Todo el segundo piso se derrumbó con una nube de polvo mientras que todos caían sin control.
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Laztrasti: Academia | Libro 2
AdventureEl mundo cambió. Ya nunca más volverá a ser el mismo; y mientras que pensaban que las cosas ya no podían ir mal, todo empeoró cien veces más. Wolf debe de encontrar las reliquias perdidas, hacerle frente a una profecía y salvar a su primo en el proc...