Neo
Habían pasado tres meses desde que las vacaciones empezaron.
Neo iba caminando hacia Academia. Hoy por fin se iniciarían las clases. En la puerta de ingreso se topó con Wolf, mientras que pasaba su carné universitario por el lector de identificación.
-Hola, Wolf. Buenos días. ¿No viniste con Nash hoy?
-No. Él se quedó en casa... -avanzaron hacia el campus-. Dijo que vendría lo más pronto posible.
- ¿Está todo bien?
-Sí. No hay nada nuevo. ¿Sabes qué haremos hoy?
-Según tengo entendido, se nos asignará un gremio.
-Ya veo. ¿Se supo algo del Rector?
-No -ambos elevaron la vista hacia el último piso de la torre central-. Seguimos sin saber por qué tomó mi reliquia.
Pronto se encontraron con sus amigos. Todos ellos estaban parados en el Campus. Antes de que cualquiera de ellos pudiese hablar de algo una voz de mujer anunció:
«Nuevamente sean bienvenidos. Como se les ordenó meses atrás, todos debieron haber traído sus relojes. Pues bien, en este momento se les explicará para qué son»
Un empleado se elevó desde una plataforma que surgió del suelo. No era más grande que un escritorio. Todas las miradas se dirigieron a él.
-Como ya saben, cada uno de estos edificios tiene un nombre. Los relojes que poseen cambiarán de color de acuerdo al edificio al que pertenezcan, o por decirlo de otra forma, su gremio -Una mano se alzó seguida de otra-. No se responderán preguntas en este momento. Luego de que sus gremios hayan sido asignados, se seleccionará a un participante por gremio para una pequeña competición. Buena suerte.
La plataforma se hundió bajo tierra con el empleado. De repente cada reloj-pulsera en Academia comenzó a brillar. Neo levantó su brazo izquierdo y en su muñeca, el reloj brillaba de un azul muy intenso. Al ver a sus amigos, sus relojes también brillaban de ese color.
«¿Por qué? ¿Qué gana el Rector poniéndonos a todos en un mismo Gremio? ¿Acaso no es eso contraproducente?»
En la cima de la torre central el Rector miraba con menosprecio a todos los jóvenes que estaban en el campus. Sostenía una copa de vino en su mano.
-Señor, se tiene confirmación de que los jóvenes están en el mismo gremio, sin embargo, tengo una gran duda.
-La toleraré solo esta vez. Puedes preguntar.
- ¿No va en contra de sus planes que todos estén en un mismo gremio?
-Una mente tan cerrada como la tuya no lo entendería. Todo está marchando de acuerdo a mi plan, que te baste solo con eso.
-Sí, señor.
-Ahora sal de mi oficina.
El brillo se volvió tan intenso que cubrió todo el campus. Cuando la luz se volvió tolerable a los ojos, Neo los abrió y pudo distinguir que se encontraba a gran altura. A su alrededor había otras personas. Eran ingresantes como él. Cayó en la cuenta de que se encontraba en uno de los edificios de Academia; y abajo, en el gran patio de entrada había cuatro personas.
-Neo -dijo Delant, apoyándose en la varandilla, a su lado-, ¿ese no es Wolf?
-Sí.
- ¿Por qué está ahí?
-No lo sé.
-Pensé que escogería a Dixan para poder quitarle su reliquia.
-Yo pensé lo mismo, pensé que el objetivo principal del Rector era obtener las reliquias, pero ahora... ya no sé qué pensar.
ESTÁS LEYENDO
Laztrasti: Academia | Libro 2
AdventureEl mundo cambió. Ya nunca más volverá a ser el mismo; y mientras que pensaban que las cosas ya no podían ir mal, todo empeoró cien veces más. Wolf debe de encontrar las reliquias perdidas, hacerle frente a una profecía y salvar a su primo en el proc...