51. Océanos: Donde mis pies pueden fallar

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Noa Feat. Ahisahar


«Tu voz me llama a las aguas, donde mis pies, pueden fallar. Y ahí te encuentro en lo incierto. Caminaré sobre el mar»


El mar estaba delante de ellos.

Ahisahar miraba el inmenso océano delante de sí. A su lado, Noa se mantenía en absoluto silencio, sumido en sus pensamientos. Esa mañana tuvieron una salida familiar a la playa. Ahisahar había convencido a Noa para que viniese, ya que se la pasaba encerrado en su habitación y solo salía para ir a estudiar.

- ¿En serio no lo recuerdas? ¿Después de todo lo que sufriste y viviste no recuerdas nada de él?

-Ya te dije que no. No sé quién es Thomed. ¿Podemos seguir con nuestro duelo?

-Está bien. Es mi turno.

Noa comenzó a escuchar que alguien lo llamaba, la voz, era lejana, pero familiar.

- ¡Noa! -le gritó su hermana- ¿Qué pasa?

-Lo siento -le contestó sonriendo torpemente-. Me perdí durante unos segundos.

-Dijiste: No sé quién es Thomed.

Por un instante, Noa sintió una presión en el pecho.

- ¿Lo dije? No lo recuerdo.

- ¿Quién es Thomed?

-Se supone que es alguien importante para Nash, lo último que recuerdo de ellos es que salieron a almorzar, pero cuando Nash salió del restaurante, lo hizo solo, y parece que ahora no lo recuerda.

Ahisahar se alejó de su hermano y su cabello se encendió con llamaradas de fuego naranjas y amarillas. Pronto, su cuerpo se encendió de igual forma.

- ¿Qué haces? -preguntó Noa.

-Ayúdame a mejorar mis poderes. Quiero aprender a controlarlos.

Noa sonrió y levantó su mano derecha hacia el mar. Una gran columna de agua se elevó por los aires, directo hacia su hermana. Una esfera de fuego la rodeo, pero el agua cayó sobre ella, hundiéndola un poco en la arena.

-Nunca le ganarás al agua con fuego, Ahi'.

Su hermana no le contestó, lanzó una llamarada que Noa bloqueó con una pared de agua. El vapor se extendió por la playa que estaba nublada. Noa no llegaba a verla.

«Así que este es tu plan. Bien pensado»

De repente, otra llamarada brotó de la nada. Noa la esquivó.

-Te engañé -escuchó a sus espaldas. Trató de girarse al tiempo que se movía para inútilmente, esquivar el ataque, pero le resultó imposible. El fuego se impactó contra su espalda y lo mandó a rodar varios metros. En cada impacto que daba contra la arena imágenes comenzaron a aparecer en su mente... Eran confusas: Nash corriendo hacia Thomed que estaba tirado en el suelo. Luego, él mismo, rodeado de agua negra. Thomed en el aire, desvaneciéndose en neblina.

-Noa, hay algo de lo que tengo que hablar contigo.

-Claro. Dime, ¿qué ocurre, Jearel?

-Siéntate. Esto será difícil de escuchar.

-Ok.

-Hace dos meses alguien me contactó -le enseño la pantalla de su celular. En él, Noa pudo leer lo siguiente:

«Estimada señorita, Jearel.

Usted ha quedado escogida para ser parte del plan del Rector de la nueva institución de adiestramiento metahumano: Academia. Pronto nos pondremos en contacto con usted»

Laztrasti: Academia | Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora