37. ¿Qué sería de mí?

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Chars Feat. Jozé and Ahisahar

«Tendría un vacío en mi corazón. Vagaría sin rumbo, sin dirección»

Las llamas naranjas debieron de hacerlo titubear, pero ni siquiera se inmutó. Siguió avanzando con paso decisivo hacia la joven metahumana que gritaba desesperadamente en el centro del patio.


Los pasillos por los que la gente había estado andando y degustando la comida que los alumnos habían preparado estaban ahora vacíos, y los carteles que anunciaban el inicio del año escolar se iban consumiendo. Lo único que podían hacer las personas era mirar con pavor a los tres jóvenes parados en medio de aquella tormenta de fuego que se iba volviendo más grande a cada momento.

El Festival Cultural de Inicio de Año se vino abajo.

- ¡Dónde está Noa! -gritó Chars esquivando una llamarada de fuego. Las llamas habían formado algo parecido a un domo.

- ¡No lo sé! -contestó Jozé- ¡Se supone que su familia debería estar aquí!

- ¡Hay que detener a su hermana!

- ¡Y cómo haremos eso!

- ¡Puedo anular sus poderes, pero solo será por unos segundos! ¡Aprovecha ese momento para detenerla!

- ¡Bien! -gritó Jozé, preparándose para correr. Levantó los brazos y estos, al igual que el resto de su cuerpo, se volvieron de roca que se fundió con su ropa, para luego rajarse, y de cuyas fisuras comenzó a circular magma; un segundo después se lanzó a la carrera hacia su prima. Unas cuantas llamaradas lo impactaron, pero no le afectaron.

Chars miró a la hermana de Noa, los ojos de este se tornaron de color azul, de repente, las manos de Ahisahar dejaron de estar encendidas, al igual que su cabello. Las llamas en todo el colegio se consumieron.

Cuando Jozé llegó a ella, está se vino abajo, justo en sus brazos. Se preguntó cómo fue que habían llegado a ese punto.

Hacía unos minutos todo había estado de lo más normal, pero se torció en cuanto Ahisahar se paró en el centro del patio. Las llamas comenzaron a brotar de ella -una combinación de los colores rojo y naranja- y avanzaron arrastrándose como serpientes hacia las mesas, anuncios y cualquier cosa que estuviese próxima y pudiera arder.

Una explosión de llamas mandó a Jozé a volar.

- ¡Se supone que anularías sus poderes! -le dijo Jozé después de haber dado un par de vueltas de campana y ponerse en pie.

- ¡Te dije que solo sería por unos segundos! -Chars corrió hacia él.

-Entonces... ¿algún otro brillante plan? -el sarcasmo era claro.

-Ninguno -soltó Chars secamente.

Ahisahar solo podía sentir como su cuerpo era controlado por una ira sin límites. Como el anhelo de quemar todo a su alrededor era lo único que importaba. Era como ver a su cuerpo moverse por voluntad propia y atacar a los mejores amigos de la infancia de su hermano. Hacía unos momentos habían tratado de detenerla, pero había sido inútil.

«¿Cómo fue llegué a este estado?» se preguntó. Un momento después empezó a recordar: Había estado caminando entre los puestos de venta y exhibición del Festival Cultural cuando sintió un piquete en su hombro, luego un líquido entrando a su cuerpo. Solo un par de segundos después las llamas habían brotado de sus manos y su cabello; fue en ese momento que comenzó a quemarlo todo.

-Bien, es el momento de acabar con ustedes -dijo el cuerpo de Ahisahar, avanzando resueltamente hacia ellos.

-No tienes que hacer esto -Chars dio un paso atrás.

Laztrasti: Academia | Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora