Jearel
Era un dragón.
La reliquia de Jearel era un dragón. Una pulsera de dragón que giraba en un círculo perfecto cuya boca y cola llegaban a tocarse. Un detalle que también notó fue que aquel dragón rojo con detalles dorados, llevaba consigo una pequeña perla, sujetada a una de sus patas.
«Lo siento tanto, chicos»
Se dirigían a casa de Jearel.
El bus en el que viajaban acababa de chocar y todos se habían bajado para tomar otro.
-Eso dolió mucho -se quejó Libz.
- ¿Sí? No me digas -ironizó Jearel.
-Subamos a ese -señaló Guelto.
Una media hora más tarde caminaban a casa de Jearel desde el paradero.
-Estamos aquí con los chicos de Academia -comenzó a decir Nash, grabando con su celular-, luego de que sufrieran un accidente de tráfico. Nos encontramos con Guelto, Dixan, Delant, Jearel, Neo y Libz que se está escondiendo por allá.
Guelto comenzó a cojear.
-Bien, primero con Guelto -añadió Nash.
Libz se tapó la cara con un cuaderno, ya que detestaba que la grabaran.
-O sea, el accidente fue demasiado horrible. Tuvimos un accidente de tránsito.
-De tráfico, idiota -le corrigió Libz desde atrás.
Delant y Jearel empezaron a reírse.
-Sí, de tráfico -se corrigió Guelto-. O sea, casi me desfiguro mi bello rostro -comenzó a señalar su cara con ambas manos- y tú sabes... que esto cuesta.
- ¿No dijo toda la verdad? -susurró Dixan.
Todos comenzaron a reír.
-Tu Jearel, cuéntanos, ¿qué pasó con tu pierna?
-Ay... me herí -comenzó a hablar como una niña-. Guelto estaba atrás y Libz a mi costado, y el carro frenó... y...
- ¿Y fue horrible? ¿fue horrible? -acotó Nash de la manera más seria que pudo.
- ¡Fue horrible! ¡Fue horrible! -repitió Jearel agarrándose la cabeza.
-Ya. Haber Libz, cuéntanos tu historia.
-No. Es una piraña, no es Libz -gritó Neo.
-Ah... -todos comenzaron a ahogar carcajadas y Nash la grababa mientras seguía ocultándose. Caminaron un poco más. Nash giró la cámara para grabarse y dijo-: Bueno, en cuanto a mí, me asusté.
-Y yo me golpeé la pierna -agregó Jearel-. Me duele. Guelto, sóbame. Sóbame.
- ¿Cómo que sóbame? -repitió Nash.
Jearel seguía de pie frente a la reliquia.
Tras de ella estaban Dixan, Neo y Libz, esperando a que la tomase, sin embargo, por alguna razón, que solo ella conocía, no lo hacía.
«Una vez que tome la reliquia todo acabará»
-Jearel, ¡toma la reliquia! -le gritó Dixan desde lejos.
Una pared invisible evitaba que ellos pudieran acercarse.
-No lo hará -dedujo Neo-. No sé si lo han notado, pero Jearel se ha estado comportando de manera extraña desde que todo esto de la profecía comenzó.
Dixan y Libz lo miraron sin dar crédito a lo que oían.
-Eso no es verdad -Dixan se sintió ligeramente indignado.
-Tienes razón, Neo -dijo Libz-. Dixan, sé que es difícil de aceptar y yo tampoco quise verlo, pero Jearel se volvió extraña con nosotros.
El cielo se tornó gris mientras caminaban a casa de Jearel. Unos truenos los asustaron y empezaron a correr.
- ¡Esperen! -gritó alguien detrás de ellos. Se detuvieron y al volverse notaron que era Wolf.
- ¿Qué ocurre? -le preguntó Nash, jalándolo para que se cubriera, de la lluvia que había comenzado a caer, en el interior de una tienda.
-Noté la presencia de algo... creo que es una reliquia. No estoy seguro... Era mucho más intensa que las veces anteriores. Tengo un mal presentimiento.
Nash, junto con Wolf, Delant y Guelto llegaron a un lugar completamente helado. El paisaje a su alrededor era blanco... blanco como el...
-Hielo -susurró Delant.
-Estamos en un iceberg -dijo Guelto que había caminado hacia atrás y notó el precipicio que había hasta tocar el amplio océano-. Ahora que lo pienso... debemos de estar al norte... muy al norte.
-La profecía del hijo de Neptuno -Wolf caminó hacia Delant.
Ella la recitó y todos cayeron en cuenta de lo más obvio. Era fácil deducir de quién hablaba la profecía ahora que se encontraban en ese lugar.
-Nash -Wolf se acercó a su primo y lo tomó de los hombros-, esta es tu profecía, esta es tu reliquia. Eres la última reliquia que nos falta y si la obtenemos tendremos una oportunidad de detener al Rector.
-Sí -fue lo único que llegó a decir Nash. Sintiendo que el mundo se le venía encima.
Afuera de la tienda la lluvia comenzó a actuar de manera extraña. De alguna forma caía, pero era como si se topara con algo a cierta altura y dejara de caer. Desde donde Jearel lo veía, se habían formado como dos rectángulos de pie. Uno parado a varios metros del otro.
-Oigan -dijo-, ¿qué es eso? -señaló- Ahí, en el parque.
Todos se giraron y pudieron notarlo.
- ¿Creen que debamos de ir? -preguntó Neo, dando un paso.
Dixan sonrió ligeramente y dijo:
-Siempre hemos corrido en dirección opuesta. Esta vez, no será la excepción.
Salieron de la tienda y comenzaron a caminar entre la lluvia. Por alguna razón no los tocaba. Era como si una capa invisible los cubriera he hiciera evitando que la lluvia tuviera contacto con ellos. Llegaron frente a ambos portales. Cada uno se encontraba parado al lado del otro en el siguiente orden: Jearel, Dixan, Neo, Libz, Guelto, Delant, Wolf y Nash.
De repente, Jearel, que se encontraba de pie frente a la puerta de la izquierda, escuchó en su cabeza algo que le resultó familiar: «La hija de la sabiduría anda sola. El dragón perdido trae la tormenta y llora. El tesoro escondido puede ser hallado. El dolor guardado por fin será revelado»
Hacía mucho tiempo, cuando los poderes metahumanos se desarrollaron en ella y sus amigos, Delant se lo había dicho, pero ella no lo había comprendido, sin embargo, ahora sí lo hacía.De igual forma, Nash también logró escuchar una voz de la puerta frente a él: «Al norte, más allá de los dioses, la última reliquia espera. Cayendo del hielo, el hijo de Neptuno, ahogo encuentra» ¿Acaso era posible? ¿La profecía acaso hablaba de él?
-Vamos -dijo Guelto.
Se dividieron en dos grupos y comenzaron a caminar hacia los espacios rectangulares, mientras los atravesaban Jearel no podía evitar pensar en todo lo que ocurriría cuando obtuviera su reliquia.
«Perderé a mi familia»
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Laztrasti: Academia | Libro 2
AdventureEl mundo cambió. Ya nunca más volverá a ser el mismo; y mientras que pensaban que las cosas ya no podían ir mal, todo empeoró cien veces más. Wolf debe de encontrar las reliquias perdidas, hacerle frente a una profecía y salvar a su primo en el proc...