26. Buscando Refugio

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Brig

«Llegué muy cansado y sin fuerzas en mí. Pensaba que ya no podría resistir. Quería tan solo una tregua tomar, tan solo un momento quería descansar»

- ¿Pero él está bien?

-Sí. Para cuando la ambulancia llegó ya había recobrado el conocimiento.

-Ya veo. ¿Llegaron a descifrar algo del escarabajo?

-No. No sabemos nada. Los incidentes que ocurrieron no nos han dado ninguna pista. ¿Mientras estuvimos de viaje pasó algo?

-No lo sé. No he estado yendo mucho a la Iglesia. Disculpa, ya tengo que colgar. Hablaremos más a detalle luego.

-Adiós, Brig.


Brig estaba desesperada.

Corría por la calle. Alguien la seguía. Entró en un callejón y se escondió tras una pared. Estaba cerca a su casa.

Días atrás había estado en los filtros de Academia. Algo había ocurrido, algo que no acababa de comprender...

«Eso fue una profecía. Estoy segura de que lo fue, pero... ¿De quiénes hablaba?»

-Vayan por ese callejón -escuchó varios metros a lo lejos-. Deben de traerla a toda costa. Ella es primordial para el Plan del Rector.

-Sí, señor -contestaron unos hombres.

Brig salió de su escondite y comenzó a correr.

- ¡Allí está! -escuchó que gritaron tras de ella.

Giró la vista levemente y notó que cuatro hombres enormes venían en su dirección, y a unos cuantos metros más allá, un rostro familiar.

«Ervin. No es posible. ¿Qué está pasando?»

«Corre niña, corre»

La voz provino de algún lugar de su cabeza. No contestó, solo lo hizo. Corrió la más rápido que le dieron sus piernas. Dobló una esquina. No entendía por qué es que la seguían. ¿Qué quería el Rector con ella? ¿Tendrá algo que ver con la profecía de la chica de hace días atrás? Pensaba en todo eso y más, hasta que sintió que la tomaron con fuerza del brazo. Uno de los hombres la había alcanzado. Usó su don para crear confusión en él, pero no dio resultado. Por alguna razón su don no funcionaba.

«Ya no puedes huir, niña.»

Lo siguiente que escuchó en su cabeza, le pareció que no era su don, sino algo más. Como si alguien se conectara con ella, desde algún lugar.

«Al norte, más allá de los dioses, la última reliquia espera. Cayendo del hielo, el hijo de Neptuno ahogo encuentra»


La sonrisa se dibujaba en el rostro de Ervin.

Había logrado atrapar a su objetivo. El plan del Rector había empezado a girar en la dirección correcta.


Brig con un último esfuerzo, trató de enviar el recuerdo a la mente de alguien, de alguno de sus amigos. Si al menos pudiera hacerlo, si tan solo alguno de sus amigos estuviera cerca.

«Vamos»

Le taparon la boca.

«Alguien...»

Le taparon los ojos con una tela.

«Sí. Eres tú... pero... antes de que hagas algo...»

Le colocaron unas esposas.

Le rosearon un spray en el rostro y en los últimos segundos que estuvo consciente le oró a Dios para que la persona a la que acababa de llegarle este recuerdo fuese lo suficientemente lista para poder ocultarlo.

A un par de kilómetros, Mary despertó sobresaltada de su cama. No sabía bien si lo que acaba de ver era un recuerdo o si de verdad había pasado.

Laztrasti: Academia | Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora