Thomed
Una cosa le había quedado clara:
«Nunca había experimentado tanto dolor»
Sin embargo, el agua que ahora lo mojaba le hacía sentir tanta paz, tanta tranquilidad. Era como si le quitara absolutamente todo el dolor que había sentido desde el momento en el que aquella criatura negra entró en su cuerpo y se apoderó de él.
El agua blanca lo golpeó y rodeó en un instante. De su cuerpo comenzó a brotar una especie de agua negra que salía disparada hacia el hielo, y que, comenzaba a cobrar una forma humanoide.
Todo sufrimiento se disipó. Ahora todo estaba bien.
-Thomed -dijo alguien a quien apenas podía ver-. Soy yo, Nash. Abre los ojos.
Eso hizo. Abrió los ojos lentamente y lo vio. Nash y el resto de sus amigos estaban ahí, viéndolo con una sonrisa.
-Así que tú eres Thomed -dijo Guelto alegremente-. Un placer conocerte. Nosotros somos la familia de Nash.
Nash lo ayudó a ponerse en pie.
-Y nosotros seremos los que acabaremos de destruir esa cosa -añadió Wolf.
Los fantasmas dejaron de atacar.
Nash hizo brotar una catarata de sus manos. La criatura saltó ágilmente, pero Guelto lo había previsto, y también había saltado. Lo pateó, pero la criatura se deformó, como si no estuviera ahí. Delant se rodeó por un aura de luz y la nieve del glaciar se levantó como una ola. Se impactó contra el ser y este cayó con violencia contra el hielo.
Wolf se rodeó por un aura negra. Iba a atacarlo, cuando de pronto, el caballo negro apareció frente a ellos.
-Yo me encargó del caballo -les dijo Wolf-. Ustedes, de la criatura.
-Espera -Thomed les dio una vista rápida a todos-, ese caballo es la reliquia...
- ¿Qué? -Nash estaba sorprendido.
-Aún tengo recuerdos de esa cosa en mi cabeza. De alguna manera corrompió la reliquia y le dio vida.
-Entonces, no puedo derrotarlo -entendió Wolf-. Solo el dueño de la reliquia puede hacerlo.
La criatura negra se puso de pie.
-Parece que descubrieron mi secreto.
- ¿Quién eres? -le preguntó Nash con rabia.
-A pesar de todo lo que has visto aún no sabes quién soy. Ja, ja, ja. Eres increíble, hijo de Neptuno. No te culpo, después de todo, la niebla me ha ayudado.
Los amigos de Nash no entendían.
Thomed se sentía igual de confundido.
-Eres un gigante -Nash se alejó de sus amigos-, eres la antítesis de Neptuno, eres...
- ¡Exacto! -exclamó el ser, con júbilo- ¡Soy Polibotes!
El manto de oscuridad que cubría su cuerpo se disipó. Su cuerpo humanoide comenzó a mutar, empezaba a verse como aquella tarde en el centro comercial, solo que más grande. Medía nueve metros de altura, con patas de reptil, parecidas a un dragón de Komodo. Llevaba una armadura verde azulada, con caras de monstruos Tenía un rostro humano con el pelo verde salvaje, que tenía basiliscos colgando de él.
Sacudió su cabeza y una docena de basiliscos cayeron y se comenzaron a arrastrar por el suelo en dirección a ellos.
- ¡Vamos, pues, hijo de Neptuno! ¡Déjame ver tu poder! ¿El agua obedece tus órdenes? ¿Te sana? Pero yo he nacido para oponerme a Neptuno. Mi toque convierte el agua en veneno. ¡Vamos a ver lo que le hace a tu sangre!
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Laztrasti: Academia | Libro 2
AdventureEl mundo cambió. Ya nunca más volverá a ser el mismo; y mientras que pensaban que las cosas ya no podían ir mal, todo empeoró cien veces más. Wolf debe de encontrar las reliquias perdidas, hacerle frente a una profecía y salvar a su primo en el proc...