Neo
Neo se preguntaba si aquello que lo arrastraba era una especie de gólem.
Claramente estaba hecho de piedra, pero no conocía el término exacto de cómo debía de llamarlo.
Le gritó que lo soltara. Lo amenazó, pero el ser, continuó indolente. Trató, inútilmente de usar su habilidad, pero no funcionó. De alguna forma, la criatura había anulado sus poderes y avanzaba pesadamente hacia algún lugar, pero Neo no sabía dónde. Cayó en la cuenta de que ahora no era simplemente la biblioteca, sino que los corredores se abrían y doblaban de diferentes formas. Los libros hacían de paredes hacia donde mirase. Se encontraba en un laberinto.-Oye... ¡Oye! -le gritó Neo, sin recibir respuesta-. Debe de haber algo que pueda hacer.
Y entonces, dejó que el gólem lo llevara.
Cuando salieron de la mesa y oyeron lo gritos, corrieron por el pasillo más próximo. Delant iba delante de todos. Con unas voces hablando al mismo tiempo dentro de su cabeza. Las voces de unas mujeres.
-Tenemos que salvarlo -se susurraba una y otra vez.
-Lo haremos -le contestó Dixan.
- ¿Ahora por dónde? -preguntó Libz. El pasillo delante de ellos se bifurcaba a la derecha e izquierda.
-Ya no escucho gritar a Neo -dijo Guelto.
-Debemos darnos prisa -dijo Delant tomando en camino de la izquierda. Escuchando el susurro de las voces-. No tenemos tiempo que perder.
-Espera un momento -Wolf no avanzó con el resto-. Si solo avamos sin tener una idea de por dónde solo nos perderemos. Tenemos que tener un plan.
- ¡No tenemos tiempo! -exclamó Delant- No sé cómo explicarlo, pero en cuanto esa cosa lleve a Neo a donde quiere, algo terrible pasará.
-Lo que digo es que nos separemos -Wolf dio un paso atrás-. Yo iré por este lado con Nash y Jearel. Ustedes vayan con Delant.
-Es un buen plan, hagámoslo -dijo Dixan.
Pasaron cerca de diez minutos desde que Neo dejó caer sus lentes. No sabía si es que el resto de sus amigos los encontrarían o no, pero esperaba que sí. El pasadizo delante de él se abrió en forma circular. No llegaba a notar nada más que lo que tenía adelante y eso lo llenaba de miedo. Un altar labrado en roca con símbolos -que no entendía para nada, pero que le recordaban al que vio en la cueva donde Libz encontró su reliquia- se alzaba en el centro de la habitación. Al borde opuesto del altar había tres mujeres en túnicas negras que cubrían todo su cuerpo, excepto su nariz y boca. Las tres tenían una capa de niebla extendidas como si fueran colas de un vestido de novia.
El gólem lo colocó en la mesa de piedra y esta se deformó y lo ató. Luego, se acomodó a varios metros y se sentó. Seguía sin poder usar su habilidad.
-Hola, señoras -dijo Neo, de manera casual-. Sé que recién nos conocemos, pero ¿me podrían soltar? Quizá y así podamos hablar.
Las mujeres no respondieron.
Otro callejón sin salida.
Delant estaba desesperada.
Las voces se hicieron ligeramente más fuertes.
- ¿Alguien logró usar su habilidad? -preguntó dándose la vuelta y caminando hacia otro lado.
-No -contestó Guelto, siguiéndola.
Delant continuó avanzando, de repente, un brillo llamó su atención. Algo en el suelo...
-Es por aquí -dijo, levantando los lentes de Neo.
Sus amigos la vieron y sonrieron.
-Estamos en buen camino -Guelto dio unos pasos hacia adelante. Un par de libreros giraron y lo tiraron hacia atrás. Un nuevo camino se formó delante de ellos dejando a Guelto atrapado en algún lado.
Wolf caminaba por delante. A solo un par de metros detrás de él iban Nash y Jearel.
- ¿Todavía recuerdas lo que te dije? -preguntó Jearel.
- ¿En Megaplaza? -Nash siguió andando sin verla-. A decir verdad, solo recuerdo que casi morimos; de las cosas que hablamos, no mucho.
-Bien. Así está bien.
Un sonido se hizo más cercano a cada segundo. De repente, un librero se abrió y empujó a Guelto al corredor en el que Wolf y los demás estaban.
- ¿Cómo...? -Nash estaba confundido.
-No preguntes -Guelto comenzó a ponerse en pie-. Porque no lo sé.
-Vale.
-Delant encontró los lentes de Neo, en esa dirección -dijo Guelto señalando el pasillo a la derecha-. Vamos.
Corrieron a toda prisa por los pasillos. De repente Nash se impactó contra algo. Al levantar la vista notó que era Dixan con el resto de sus amigos.
-Es por aquí -susurró Delant-. Puedo oírlas más claramente.
- ¿Oírlas? -preguntó Wolf, ayudando a Nash a ponerse en pie.
-Olvídenlo. Sigamos adelante.
No supo de donde es que había salido la niebla, pero sabía que tenía algo que ver con las señoras que acababan de desaparecer. Los fluorescentes se apagaron dejando un aura violeta en todo el lugar. Levantó la vista lo más que pudo y notó que en las paredes de libros, símbolos que jamás había visto comenzaban a aparecer brillantes en rojo. Giró la vista hacia otro lado y pudo notar, a varios metros a su izquierda, salir de lo que le pareció un pasillo, a varias sombras. Por un instante creyó que se trataban de más mujeres con túnicas negras, sin embargo, la voz que habló le resultó familiar:
-Gracias a Dios.
- ¿Eh? -Neo no entendía que pasaba.
-Neo, ¿estás bien? -la cara de Delant se acercó más a la suya desde arriba.
- ¡Delant! -exclamó Neo- ¡Estás bien!
-Claro que sí. Ahora vamos a sacarte de aquí -Delant comenzó a tirar de la piedra sólida. Tratando, inútilmente, de liberarlo.
- ¿Dónde están las mujeres con túnicas? -preguntó Neo.
- ¿Quiénes? -Nash se acercó a Neo rápidamente.
La niebla comenzó a volverse más densa.
-Había unas mujeres... Hace un rato...
Nash se levantó rápidamente y Neo supo al instante que él sabía quiénes eran esas mujeres.
-Delant -dijo Nash en el silencio-, sabes que dicen las paredes, ¿cierto?
Wolf continuó mirando alrededor y vio como entraban tres mujeres desde el pasillo opuesto por el que ellos habían entrado.
-Sí -contestó Delant, viendo también a las mujeres.
-Esas de ahí son runas -continuó Nash, señalando las paredes-. Las usaban los vikingos y creo que la reliquia que vamos a encontrar aquí te pertenece, Delant.
-Lo sé... -dijo ella, mirando las letras brillosas- y no me gusta lo que dicen...
Entonces el gólem brotó desde la oscuridad y se abalanzó sobre ellos.
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Laztrasti: Academia | Libro 2
AdventureEl mundo cambió. Ya nunca más volverá a ser el mismo; y mientras que pensaban que las cosas ya no podían ir mal, todo empeoró cien veces más. Wolf debe de encontrar las reliquias perdidas, hacerle frente a una profecía y salvar a su primo en el proc...