You can (not) advance

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Nash todavía se sentía confundido por lo que acaba de pasar, además de por qué Jearel había dicho esas palabras cuando llegó. ¿Acaso era por algo que había hecho? El polvo no le dejaba ver bien, pero aún podía oír. Los quejidos de dolor venían de un par de metros atrás de él. Delant sujetaba su pierna izquierda, de donde brotaba un ligero chorro de sangre.

- ¡Delant! -gritó Nash corriendo entre los escombros- ¿Estás bien?

- ¿Tú que crees? -contestó con una ligera sonrisa que se transformó en un quejido- Creo que algo atravesó mi pierna.

Nash observó con más claridad el lugar de donde brotaba la sangre, entonces, vio como una barra de acero atravesaba el muslo de su amiga. A su alrededor solo había polvo. Levantó su mano para atraer alguna corriente de agua, pero no lo logró, no sentía nada de agua por ninguna parte. Ni siquiera las tuberías de agua que estaban a solo unos metros bajo sus pies, por alguna razón, el agua no le obedecía.

-Te dije que no era necesario destruir este lugar, Lira -dijo el chico que parecía el líder. Nash escuchaba su voz, pero no lograba verlo.

-Perdona, Van -dijo Lira, con un respeto que sorprendió a Nash.

- ¿Cómo los encontraremos ahora? -preguntó Ryan.

-Despejando el polvo, claro -dijo Van-. Usa otra explosión con la energía que te queda, Lira.

-Bien.

Las voces y el ruido que hicieron las personas que estaban a varios metros de él, despertaron a Guelto. Al tratar de enfocar la vista, sintió un dolor agudo en la sien. Cuando se tocó notó un líquido tibio resbalando por su mejilla, al ver su mano, notó la sangre. Una segunda explosión lo sorprendió; no era tan fuerte como la anterior, pero si hubiese sido un ataque directo contra él, quizá no la habría contado. Todo el polvo a su alrededor se despejó. Las luces de emergencia del centro comercial se encendieron al tiempo que Guelto comenzaba a ver mejor. A su lado, Neo permanecía tirado, inconsciente. Había restos de construcción regados por todos lados. Puestos de comida y ropa ardiendo en llamas. Muchos metros delante de él, estaban los que habían provocado todo esto, y más allá, Nash y Delant, su amigo tratando de mantener bajo control el sangrado que brotaba de la pierna de su amiga.

-Neo, despierta -le dijo a su amigo. Este no hizo nada. Seguía inmóvil-. Neo, Delant está en problemas. Tienes que despertar.

En lo profundo de la mente de Neo se encontraba suspendido sobre un espacio negro. Alrededor de él una serie de explosiones de fuego lo despertó.

-Sálvala -escuchó que le decían antes de abrir los ojos.

Pudo distinguir a todas las personas que tenía delante y su ira se encendió. Un aura roja lo rodeó e hizo que se alzara unos centímetros del suelo. Flotaba ligeramente.

-Los acabaré -sentenció.

-Yo me encargo -dijo Lira, girándose.

Neo se acercó rápidamente a ella, elevó su mano y produjo una explosión. Ella lo recibió, pero adsorbió la energía producida.

-Creo que lo que intentabas hacer era esto -Lira levantó sus manos y una gran explosión se liberó de sus palmas, lanzando por los aires a Neo.

-Ya basta, Lira -Van, el líder, miraba con ira a la joven-. Estamos aquí para tomar las reliquias. Busquen a los otros cuatro que faltan, no deben de andar lejos.

Lira y Ryan asistieron y desaparecieron entre los escombros. Van se giró hacia Nash que lo miraba con ira.

-Si me dices dónde está Dixan, te prometo que no les haré daño.

Laztrasti: Academia | Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora