Jearel
«Y sí. Aquello que miraba Dixan era como vivir una pesadilla en la vida real»
Jearel había llegado justo cuando Nash y Wolf caminaron hacia las antorchas y desaparecieron. Como sus amigos, ella hizo lo mismo. Al abrir los ojos se topó con el mismo templo. Luego, vio salir corriendo a un joven que recordó remotamente de Academia.
«Debido a la información que nos enviaste, enviamos un agente tras los jóvenes. Ve con ellos. No levantes sospechas»
El mensaje había llegado a su celular solo un par de minutos después de que le envió la información al Centro de Comando de Academia. Al estar cerca de la escalera vio a Dixan junto con sus dos amigos. Los tres miraban algo, algo en la oscuridad, a tan solo unos metros más allá de ellos. Fue entonces cuando ella la vio.
- ¡Corran! -gritó.
La criatura -por no llamarla monstruo- era como una especie de centauro con cuerpo de mujer de cintura para arriba. Por debajo, en lugar de ser como un caballo, era como un dragón: una bestia de por lo menos seis metros cubierta de escamas negras. Le brotaban serpientes de las piernas. En la cintura, donde se unen el cuerpo de dragón y el de mujer, la piel le burbujeaba y se metamorfoseaba mostrando cabezas de animales, un oso, un león... y tenía unas largas alas de murciélago.
Fue allí que la criatura dejó de prestarle atención a sus amigos y corrió hacia ella. Jearel comenzó a correr hacia su derecha. Al pasar a toda velocidad vio un letrero que decía: «Ακρόπολη 500 μέτρα μακριά» ¿Qué esperaban? ¿Una traducción al español?
«¿Qué se supone que significa eso?»
Al voltear se dio con la sorpresa de que el monstruo estaba a tan solo unos metros de ella. Apuntándola con una de sus patas, a punto de atacarla. Un rayo brotó de donde había venido, golpeando de lado al monstruo que rodó varios metros alejándose de Jearel. A lo lejos logró ver a sus amigos corriendo hacia ella.
- ¿Qué es esa cosa? -le preguntó Wolf.
-No lo sé -le contestó Jearel temblando ligeramente.
-Es Campe, o bueno, algo que se le parece -explicó Nash, viendo como el monstruo se ponía de pie.
- ¿Quién es Campe? -preguntó Dixan.
-Es el guardián de la reliquia. Un monstruo. El titán Cronos le ordenó que vigilara el Tártaro. En donde había encerrado a los Cíclopes y Centimanos.
- ¿De dónde sabes todo eso? -le preguntó Wolf- No, espera. Ya sé. No lo sabes.
-Chicos -susurró Dixan-, creo que debemos de irnos. Campe ya se levantó. Vamos por allí. En ese letrero dice que la Acrópolis está a 500 metros.
- ¡Corran! -gritó Nash.
Los cuatro lo hicieron. Las luces de los reflectores cobraron vida iluminando el camino que tenían por delante. Un líquido pasó a alta velocidad a un metro de Jearel. Pudo sentir que estaba caliente.
«Es ácido» pensó.
- ¡Chicos tengan cuidado con el líquido que escupe! ¡Es ácido!
- ¡Ya nos habíamos dado cuenta! -le gritó Nash, saltando con su primo hacia unas rejas cercanas. Mientras que ella y Dixan saltaban hacia el lado opuesto. Campe se detuvo. Jearel tuvo la sensación de que estaba pensando por quién ir primero, pero al saber que era Dixan quien tenía la reliquia era obvia la decisión que tomaría.
-Dixan, en cuanto salga de aquí. Tú ve hacia la Acrópolis. Ya no falta mucho.
-No te dejaré.
-No tienes opción. Tú tienes la reliquia.
- ¿Realmente creen poder escapar de mí? -la voz de Campe era como una lija que raspaba el suelo. Siniestra y fría-. Ni siquiera la reliquia es capaz de detenerme por sí sola. Ustedes, tontos, no tienen oportunidad contra mí.
Las nubes en el cielo comenzaron a arremolinarse. Las estrellas quedaron bloqueadas por ellas. Jearel se levantó y caminó hasta ponerse al descubierto.
-Corre -le susurró a Dixan antes de que saliera por completo de su escondite.
-Bien, serás la primera en morir -le dijo Campe abriendo la boca para escupir su ácido. Dixan salió, levantó los brazos y lanzó un rayo de energía súper intenso que hizo retroceder al monstruo. El collar del águila que llevaba al cuello comenzó a adquirir un brillo ligeramente, más intenso.
-Te dije que no te dejaría -le dijo Dixan sonriéndole.
-Gracias. Ahora, déjame ayudarte con eso.
Jearel levantó su brazo izquierdo al cielo y lo bajó rápidamente. De entre las nubes cayó un rayo tan fuerte que al impactarse contra Campe la hizo soltar un rugido de dolor.
- ¡Sigamos corriendo! -les gritó Nash desde unos metros atrás- No creo que eso la detenga mucho tiempo.
Todos corrieron hacia la Acrópolis que ya no les quedaba tan lejos. Varios metros por detrás de ellos Campe se iba levantando.
- ¿No se supone que la Acrópolis de Atenas estaba a 500 metros? -dijo Dixan mirando el camino que tenían delante que serpenteaba entre templos y construcciones antiguas- ¿Se supone que ahora debemos de subir todo esto?
-Sí -le contestó Jearel, tirando de él-. Ahora sigue avanzando.
Al ir avanzando Jearel notó que Campe no los seguía. Parecía haberse dado por vencido.
«Claro, como si eso fuese a pasar»
Varios minutos más tarde se encontraban parados afuera del Partenon. Las construcciones llevaban mucho tiempo vacías, muchas de ellas estaban caídas o destruidas. Jearel empezó a divagar al mirar hacia lo lejos.
-Se supone que son siete reliquias ¿verdad? -preguntó Wolf.
-Sí -contestó Nash.
- ¿Cómo lo saben? -preguntó Dixan.
- ¿Es que no recuerdas la profecía de Delant? -musitó Nash-. Sé que no hemos hablado del tema, ni de por qué el Rector se llevó la reliquia de Neo, ni tampoco por qué es que dijo que esperaba más de Wolf, pero una cosa está clara, todo lo que está pasando y todo lo que pasará, tiene que ver con esa profecía.
- «Siete elegidos responderán al llamado...» -dijo Jearel- Eso quiere decir que son siete reliquias. Ahora que lo pienso, hay dos partes de la profecía que me dan algo de temor...
- ¿Cuáles? -le preguntó Nash.
-Miren, si cada reliquia tiene un guardián, entonces... el verso que dice: «... y el alma del guardián las reliquias tomarán» ¿se refiere al guardián de alguna reliquia o a que los siete elegidos tienen un guardián? -Los tres chicos miraron a Jearel, sus rostros reflejaban que recién habían caído en la cuenta de lo que escondía la profecía que había dicho Delant-. Y, por último, «Un juramento que mantener con un último aliento» ¿Alguno de nosotros se atrevería a jurar algo sabiendo que podría morir si lo hace?
- ¿Por qué asumes que nosotros somos los siete de la profecía? -preguntó Dixan.
- ¿Lo dudas? -le preguntó Nash- Fuimos nosotros quienes estuvimos presentes al encontrar la primera reliquia. Éramos nosotros siete... No... Espera un segundo, no éramos siete, éramos ocho...
¡Boom!
Desde el suelo, a varios metros a lo lejos, brotó Campe con un estallido de ácido que chisporroteo por todos lados.
-Así que estaban aquí, pequeños elegidos -Campe se alzaba sobre la noche como un espectro infernal-. Espero que tuvieran tiempo para conversar y despedirse. Ahora, veamos... ¿A quién devoraré primero?
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Laztrasti: Academia | Libro 2
AdventureEl mundo cambió. Ya nunca más volverá a ser el mismo; y mientras que pensaban que las cosas ya no podían ir mal, todo empeoró cien veces más. Wolf debe de encontrar las reliquias perdidas, hacerle frente a una profecía y salvar a su primo en el proc...