9. Una chica molesta y mi amigo: El joven más desvergonzado del mundo

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Nash

«Vale, entonces, tengo información de diferentes tipos de cultura. Neo puede leer jeroglíficos y Dixan sabe griego antiguo. Ok, esto es genial. ¿Se nota la ironía en mis pensamientos?»

Nash sabía, en el fondo, que las cosas no podían empeorar, pero sí lo hicieron. Libz se levantó de su sitio, al ver que los demás lo habían hecho. Se veía nerviosa. Paso entre sus amigos con cierta incomodidad.

-Esto es tu culpa, Nash -le dijo al pasar cerca de él.

- ¿Por qué mi culpa? -Un recuerdo llegó a su mente. Se veía a sí mismo, o bueno, a Noa, caminando hacia el frente del auditorio que antes se encontraba en el segundo piso de uno de los edificios que lograba verse al ingresar a Academia. Todos habían clavado la vista en él. Se le realizó una evaluación que respondió rápidamente. Lo hicieron presentarse y Nash sintió la vergüenza que él sintió-. Ok, ya lo entiendo -susurró.

Las personas que habían sido llamadas ya se encontraban sobre el escenario.

-Bien. El filtro es el siguiente. Son preguntas que deben de contestarse correctamente. Si contestan mal una pregunta, todos los presentes quedaran fuera de Academia, si no, todos pasan.

El bullicio comenzó a escucharse. Las voces de jóvenes quejándose por lo injusto que sonaba todo.

-Son tres preguntas -dijo la señorita, haciendo caso omiso a las voces de protesta-, la primera es para Deivi: ¿Cuáles son los nombres -la cúpula del auditorio salió volando como si un tornado hubiese tirado de ella, el fondo del escenario también, el suelo bajo los pies de todos cambió y se volvió cemento- de los cuatro edificios que se encuentran detrás de nosotros?

Efectivamente era así. Nash miró con asombro a todas las personas a su alrededor y aún más maravillado, los edificios detrás de Libz. De alguna forma se habían trasladado al campus de Academia, delante de ellos cinco edificios de diferentes colores se alzaban en todo su esplendor, dando la sensación de que eran capaces de alcanzar el cielo.

-Esos son... -Deivi estaba confundido, él sabia sus nombres. Se había asegurado de aprendérselos cuando decidió ingresar, pero ahora, por alguna razón, su memoria se había ido a otra parte fuera de su cerebro.

- ¿Y bien? -la señorita tomó sus anteojos y los inclinó levemente.

-De izquierda a derecha: El primero, El conquistador de Oriente, Alejandro Magno; el segundo, El terror del Norte, Ragnar Lodbrok; el tercero es el edificio del Rector, no posee un nombre conocido; el cuarto, El gobernador del Sur, Francisco Pizarro; y el último, El señor de Occidente, Julio César.

-Correcto -dijo la señorita sin emoción alguna.

-Bien, el que sigue es Chars.

El joven dio un paso al frente. Pronto Nash descubrió que lo observaban con cierto interés.

«¿Será que ese chico es amigo de Noa?»

Era alto, de metro setenta y algo, piel canela, lentes y peinado hacia un costado.

-Responde la siguiente pregunta: ¿Cuáles son los tipos de Metahumanos que existen actualmente?

El silencio en la sala era espectral, nadie hablaba. El rostro de Chars era un enigma que Nash no llegaba a descifrar. Parecía que la pregunta no le importaba, solo lo miraba como si no pudiera creer lo que pasaba.

- ¿Contestará la pregunta o solo se limitará a quedarse parado como una estatua? -le dijo la señorita.

-Oh, sí. Son...

Chars guardó silencio.

-Parece que no sabe la respuesta. Entonces me dispondré a eliminar a todo el grupo.

-No, espere. Sí la sé. Son los Primordiales, Elementales, Resultantes y por último los Mortales.

-Muy bien -gruñó la señorita, por primera vez parecía molesta-. Bien, entonces la última pregunta es para Libz. Limítese a solo hablar si es en base de la resolución de la ya mencionada cuestión. En base a lo que dijo su compañero anteriormente denos un ejemplo de cada uno de los tipos de Metahumanos que existen y díganos de qué clase era el ser que los atacó en el segundo filtro.

Libz se hizo de piedra. No literalmente, pero sí se incomodó tanto que su rostro no lo ocultó. De un momento a otro, se encontraban de nuevo en el auditorio.

- ¿Entonces?

Nash la miraba de manera desesperada. Tratando de ayudarla con una cuestión que ni él mismo sabía con certeza. Entonces algo que no esperaba ocurrió.

-Ahí va de nuevo, el figureti -sentenció Delant.

Guelto se levantó de su sitio -sobre su butaca- y comenzó a hacer gestos extraños con sus brazos, balanceándose de un lado a otro. Luego contaba hasta cuatro con los dedos -sin hablar- y señalaba hacia el estrado. La situación era algo embarazosa, pero a Guelto parecía no incomodarle, mientras que a su grupo de amigos sí.

-Ya siéntate, Guelto -le dijo Jearel.

Libz pareció entenderle ya que tosió un par de veces para que todos volvieran la vista hacia ella, ya que hasta la señorita había sido distraída por lo que hacía el joven.

-Quisiera que Guelto pasara al frente, aquí conmigo -la noticia tomó por sorpresa a todos.

-Señorita, usted no puede hacer eso -le regañaron.

-Claro que sí puedo hacerlo. Usted dijo que solo podía hablar en resolución a la pregunta que me planteó y eso es exactamente lo que hago.

Guelto corrió hacia el estrado sin titubear.

-Luego quisiera llamar a Nash -anunció Libz-. ¿Hay alguien que controle el hielo? -Varias manos se alzaron-. Bien, tú, el chico del fondo, sí, tú. Pasa al frente. Entonces, comenzaré con mi explicación. Los Mortales son aquellos Metahumanos que tienen habilidades fuera de los elementos de la naturaleza, un ejemplo es Guelto -el joven caminó delante de los demás-, él puede cambiar, por decirlo de alguna forma.

Las uñas de Guelto crecieron, volviéndose garras. Sus ojos cambiaron a unos felinos.

-Los Resultantes son aquellos que controlan cierto tipo de elementos, por ejemplo, cuando la alta temperatura se manifiesta en las rocas y forma el magma o cuando el agua baja su temperatura más allá del cero volviéndose...

El hielo brotó desde el suelo. Cuatro picos se alzaron dejando a todos sorprendidos.

-Los Elementales son aquellos que manejan los cinco elementos: Agua, Fuego, Tierra, Aire y Electricidad. Como Nash y como yo.

Libz creó un tornado y Nash reventó los tubos que almacenaban el agua contra los incendios y esta se movió como serpientes sobre el escenario.

-En el caso de los Primordiales, se tiene registros de algunas personas con esos dones, pero hasta ahora no he visto a ninguna que tenga uno en nuestro grupo. Por último, la criatura que nos atacó no era un Metahumano, eso era un guardián, una entidad que protegía algo, tal vez, la reliquia del escarabajo que nosotros teníamos y que el Rector, en un acto cobarde, nos arrebató.

-Cuidado con lo que dice, señorita -le advirtieron.

-Solo digo la verdad.

-Eso le puede costar su ingreso a nuestras instalaciones.

-Lo dudo. Si me quisieran a mí o alguno de mis amigos fuera de Academia nos hubieran sacado con el primer filtro. Así que, se lo diré de esta forma: Mi respuesta ha sido la correcta. ¿Nos aprobará de una vez o esperamos a que alguien más capaz venga?

Laztrasti: Academia | Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora