Nimzaj
«Pelea esta guerra porque la calle está llena de rendidos. Pelea sin tregua. No des tu brazo a torcer, te lo pido»
Días de Marzo.
Nimzaj no se había colocado el reloj que había encontrado en su cabina un par de meses atrás en el campamento de Aukallama. Hacía un par de días había hablado con Aicerf, ella también había encontrado uno, pero decidió tampoco usarlo, sin embargo, ambas aún lo conservaban en sus casas.
El atardecer se veía por la ventana del segundo piso de la Iglesia y era agradable. Solo ellas dos estaban en aquel lugar, hablando sobre lo que estaba pasando.
-Entonces... ¿no estudiaremos en Academia?
-Claro que no, Nimzaj -le respondió Aicerf.
-Está bien, pero sabes que lo que sea que está ocurriendo allá tiene que ver con nosotros.
-Lo sé.
-Y que eventualmente tendremos que intervenir.
-Lo sé -repuso algo incómoda.
-Entonces, ¿por qué no hacerlo ahora?
-Porque ya no somos los del año pasado...
- ¿Te refieres a que varios de nuestros amigos ya no están o que no se congregan por todo lo que pasó?
Aicerf miró por la ventana sin responder.
-No hicimos nada por traerlo de vuelta, Nimzaj.
- ¿Qué podíamos haber hecho? No sabíamos nada.
-Meliss nos dijo que podría encontrar una solución... y él lo sabe.
-Espera... Oh, ya lo entiendo. ¿Te dijo algo?
-No del todo. Preguntó: ¿Por qué? Luego caminó por mi lado y se fue.
Nimzaj se levantó de la silla de madera y caminó hasta el medio del salón.
-Eso es algo que él preguntaría. Sin embargo -se giró y observó a su amiga-, este no es momento de hacer que el mundo gire a su alrededor. Debemos de saber más del Rector y su plan, y sabes que la única forma de hacerlo es entrando a Academia.
-Esa es una buena conclusión -dijo una voz desde la puerta-. Sabía que no me equivocaba. Buenas tardes, chicas.
Ambas giraron la vista y vieron a un amigo allí. Gerniel les sonreía ampliamente.
-Llegaste temprano -le dijo Aicerf.
-Hoy dirigiré las alabanzas en la reunión de jóvenes.
-Oh, sí -Nimzaj notó que Gerniel lo dijo incómodo-. ¿Pasa algo?
-No, ¿por qué?
-Es por el nuevo nombre, ¿cierto? Ya no somos los RJ, y sí, sabemos que tú y él le pusieron el nombre, pero es momento de avanzar. Ahora somos DALEC.
Después de decir todo aquello Nimzaj notó que Gerniel sonreía. Ella supo que su amigo lo había comprendido.
-Las veo más tarde. Iré al Salón Principal a acomodarlo todo -dijo Gerniel girando sobre sus pies.
Los últimos rayos de sol se lograban ver en el horizonte. A lo lejos el sonido de una campana comenzó a sonar. Nimzaj sabía que ese sonido era el de la Parroquia que estaba ubicada a cientos de metros de la Iglesia. Ella y Aicerf se levantaron de las sillas. Al hacerlo lograron ver por la ventana a un grupo de jóvenes parados en el exterior. Sus rostros reflejaban ira. Algo no marchaba bien.
-Nimzaj, ¿Qué ellos no son de la Parroquia?
-Sí.
¿Por qué crees que están parados ahí mirando la Iglesia?
-Tengo una teoría y si es correcta las cosas se podrán feas muy rápido.
-Me podrías decir ¿cuál es?
-Hace un momento te dije que eventualmente tendríamos que intervenir en lo que sea que estuviese planeando el Rector.
-Sí.
-Bien, mira sus muñecas, ¿qué ves?
-Todos llevan relojes.
-Exacto, Aicerf. Todos esos chicos pertenecen a Academia. Todos esos chicos vinieron a eliminar a la competencia.
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Laztrasti: Academia | Libro 2
AdventureEl mundo cambió. Ya nunca más volverá a ser el mismo; y mientras que pensaban que las cosas ya no podían ir mal, todo empeoró cien veces más. Wolf debe de encontrar las reliquias perdidas, hacerle frente a una profecía y salvar a su primo en el proc...