¿Felix? ¿Acaso vives bajo una piedra? ¿Cómo no puedes conocer a ese bombón? Al capitán del equipo de baloncesto. Al chico roba suspiros. Al... Más grande imbécil del mundo.
—Tienes que admitir que te gusto Heejin —Mencionó con arrogancia mientras estiraba su brazo para que ella no pudiera alcanzar su libreta de dibujo
—No voy a discutir contigo —Dijo finalmente mientras acomodaba su cabello y tomaba sus cosas del suelo. —Si te crees tan arrogante para creer esa mentira, hazlo, no me importa
El castaño le hecho una mirada de diversión como si realmente estuviera disfrutando pelear de esa forma con ella. Siempre era así. Desde que tienen memoria ambos se peleaban hasta porque el viento golpeaba el cuerpo de Felix antes que el de Heejin. Se conocían desde pequeños, no eran vecinos, ni mejores amigos, ni sus padres eran cercanos. Solo se conocieron cuando la vieja Hye solicitó su ayuda para podar su césped. Mientras Lee podaba, Heejin regaba.
Para los ojos de Heejin, Lee Felix era un chico con personalidad voluble y una mirada de infarto, podía conquistar el corazón de cualquier chica si realmente se lo propusiera y por esa razón su ego estaba por los cielos pero aun así no lo culpaba. Felix era hermoso.
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—¡Me lleva el carajo! —El grito de la pelinegra se pudo escuchar perfectamente por todo el vestidor— ¡Malditas las mataré! —Soltó frustrada mientras buscaba su ropa.
"Si quieres tus cosas visita el vestidor de hombres Bienvenida al grupo linda"
Heejin soltó un suspiro frustrado mientras aferraba la toalla con fuerza. Solo a ella se le ocurría meterse fuera de tiempo a las porristas. Arrojó el pedazo de papel al bote de basura. Se habían llevado todo, su uniforme, su teléfono, sus libros.
« Malditas falsas » pensó
Echó un vistazo al pasillo para asegurar que nadie estuviera cerca. Observó el vestidor de hombres que se encontraba a dos puertas, solo necesitaba correr sin soltar la toalla de su cuerpo, una tarea fácil. Corrió con rostro de asco mientras sus pies descalzos tocaban el suelo del pasillo. Abrió la puerta y de inmediato sintió el terrible hedor de sudor y desodorante.
« Vamos Heejin solo busca tus cosas »
Caminó un largo pero largo rato abriendo y cerrando los casilleros que no tuvieran candado, abrió los botes de basura y no había ni una señal de sus cosas. Examinó el lugar de forma rápida y lo único que le faltaba por revisar eran las duchas, corrió las cortinas una tras otra pero no estaban sus cosas
¿No tenían por qué mentirle o sí? ¿Y si realmente sus cosas no estaban en el vestidor de hombre?
—¡Perras! —Golpeó el bote de basura.
—¡Hey Lee mueve tu trasero! —Aquel grito la había paralizado. El equipo de baloncesto había terminado su entrenamiento.
Heejin corrió hasta la última ducha como si fuera su única salvación y volvió a correr la cortina. Cerró los ojos con fuerza al escuchar los gritos de euforia de los chicos, las risas y las bromas se hicieron presentes. Sus mejillas comenzaron a arder de la vergüenza al escuchar como algunas regaderas eran abiertas.
