》JB×Seulgi《

489 34 1
                                    

6/10

𝖓𝖔𝖙 𝖇𝖞 𝖙𝖍𝖊 𝖒𝖔𝖔𝖓

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝖓𝖔𝖙 𝖇𝖞 𝖙𝖍𝖊 𝖒𝖔𝖔𝖓

Su respiración se encontraba agitada, el pecho le dolía, sus manos temblaban mientras tomaba el puñal. Las hojas de los árboles se movían violentamente entre sí, las ramas de estos golpeaban los cristales del templo y en medio del lugar, se encontraba una mujer, su cuerpo estaba adornado con telas blancas y una de sus manos poseía el libro de la muerte.

La puerta del templo estaba atascada, ella podía escuchar como golpeaban la vieja madera para tratar de abrirla.

—¡Seulgi!— Gritaban su nombre a lo que ella ignoraba—. ¡Seulgi no cometas una estupidez!

No era ninguna estupidez.
Habían pasado mil años buscando el lugar donde  lo habían condenado
Habían pasado mil años sin el amor de su vida.
Reencarnación tras reencarnación y por fin, después de tanto tiempo, estaba a punto de volverlo a la vida.

Durante mil años, el hombre había resguardado al único ser capaz de traer consigo el fin del mundo.
La responsabilidad de resguardarlo había pasado de generación en generación y esos hombres eran encargados de destruir a todo ser que tratara de traerlo nuevamente a la vida.  

 Todo el mundo le temía pues con su belleza y habla podía obligarte hacer cosas atroces

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 Todo el mundo le temía pues con su belleza y habla podía obligarte hacer cosas atroces. Condenado por atentar contra la vida del creador, se vio obligado a vagar solo por la tierra trayendo consigo desgracias y mucho dolor.

Después de tantos años portando un cuerpo mortal, Jaebeom comenzó a encontrarle el chiste de vivir como uno, los pecados y los placeres estaban separados por una fina línea, una línea que los mismo hombres crearon, pero que en realidad no existía pero que para Jaebeom era fácil cruzarla.

Pero, ¿con quién compartir tantos placeres?

Por mucho tiempo creyó que su vida estaría condenada a la soledad, hasta que una noche, en medio de la oscuridad de la calle, la conoció.

La belleza de esa mujer era la belleza que daba vida, como un ángel deslizándose entre los hombres y su larga cabellera negra danzando con sus movimientos, su belleza jamás podría ser escondida, siempre se podría ver, era una belleza que daba placer otorgando alegría con una sutil armonía, una belleza tan divina.

Idols×IdolsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora