NamJoon nunca busca problemas, los evitaba o los resolvía diplomáticamente. Era muy listo y esa herramienta la usaba a su favor.
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Pero nunca imaginó terminar envuelto en una situación incómoda en el autobús a las once de la noche cuando sólo se encontraba él y una chica de cabello tan negro como la noche.
Parecía triste con esos ojos cuajados por las lágrimas pero siempre ten en mente.
NO TE METAS DONDE NADIE TE LLAMA — La sagrada Biblia de los chicos buenos.
Pero cuando la chica de cabello negro se levantó para bajar en la siguiente estación o cambiar de asiento, el camión se detuvo de golpe, las puertas se abrieron y un chico castaña subió
— ¡Me costó encontrarte maldita sea!— Gritó furioso y RM supuso que no se refería al conductor.
La chica suspiró cansada, muy cansada como si ese chico hubiera sido la causa de sus lágrimas.
— ¡Te estoy hablando! ¿Cuándo mierda me ibas a dar la cara?
NamJoon pudo ver la súplica de ayuda en la mirada de la chica. NamJoon no era un héroe ni mucho menos un ángel caído pero... Lo podía ser aún que sea por un rato.
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En un acto de valentía suya tomó la mano de la chica de tristes ojos y cuando ella vio los suyos supo que él era lo que necesitaba para tener paz.
— ¿Quién es ese chico amor?
Se atrevió a hablar con su voz firme.
— ¿Qué? ¿Qué es esto Soyeon? ¡Mierda!
Se había atrevido a acercarse de forma peligrosa. NamJoon suspiró y se levantó al mismo tiempo que ponía a la pequeña chica detrás de él.
— Ni se te ocurra pedazo de imbécil— Advirtió RM con hostilidad
— ¿Quién eres?
— Su novio — El castaño trató de buscar la mirada de la chica pero ella se seguía protegiendo detrás de RM sin soltar su mano. —Vámonos amor —
Y esperó a que la chica fuera la primera en bajar y en cuanto ambos estuvieron en las solitarias calles de la noche, la chica lo jaló obligándolo a correr junto a ella.
RM se encontraba renuente pero lo hizo, corrió junto a ella hasta estar a salvo en una calle.
— ¿Qué fue eso? — Pregunto bofeado recuperando el aire.
— Nos iba a seguir
— Mierda chica juntate con otras personas — Tocó su pecho con dolor.
— Muchas gracias fue... fue un gesto agradable de tu parte — Asintió con una sonrisa y entonces ella besó su mejilla. — Soyeon— Terminó diciendo
NUNCA TE METAS CON CHICAS PROBLEMA — La sagrada Biblia de los chicos buenos.
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