Nuestras familias no se llevaban bien, en realidad yo no tengo ni la más mínima idea de cómo surgió la enemistad de nuestros padres, pero si sabía que ambos eran CEO de las empresas líderes en el país, nuestros padres no podían verse ni en pintura y estaba bien, lo que no estaba bien era que Haruto y yo tampoco nos quedábamos atrás, siempre había una competencia por todo, número en uno en deportes, número uno en clases, no hay oportunidad de ser un simple número dos para nosotros.
Mi padre era Kim Taehyung un empresario reconocido y mi madre era Jennie Kim una reconocida artista y rostro de varias marcas quien se enamoró de mi padre, por ende, yo tenía que brillar igual que ellos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Por otro lado, el padre Haruto era Song Mino quien al igual que el mío uno delos empresarios más reconocidos del país y su madre era Bae Joohyun una exitosa empresaria de cosméticos y rostro de varias marcas y si, también su futuro tenía que brillar igual que el de ellos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nunca nos hablábamos, conocíamos nuestros nombres y apellidos, nos veíamos en la escuela y en reuniones donde involucraba la presencia de nuestros padres, pero lejos de eso nunca hablábamos, al menos más de lo necesario.
Ambos estábamos consientes del fuerte enfrentamiento que teníamos y que tenían nuestras familias, así que... estaba bien, tampoco era como si lo necesitara.
Pero todo cambio cuando una noche escape de casa para ir a un concierto. Mis padres no estaban en casa y escape la seguridad de la mansión para ir a un concierto el cual fue el mejor de mi vida, pero el verdadero problema no fue que mis padres me llegaran a descubrir, el verdadero problema fue cuando volvía a casa.
Jamás me había asustado tanto en mi vida cuando un chico me acorraló en una de las calles, mi casa estaba a unas cuantas cuadras pero tenía tanto miedo que mis piernas se congelaron, mi boca se secó y mis ojos se llenaron de lágrimas. Nada, absolutamente nada dentro de mí respondía a lo que quería.
