El aire del lugar siempre se sentía denso, la música se escuchaba siempre tan fuerte que nunca se podía hablar a gusto pero ¿Qué querían en un lugar así? Ese tipo de lugares se hicieron para no hablar...
Sus ojos viajaron por todo su cuerpo examinándolo como si se tratara de un lobo hambriento deseoso de probar un bocado, el lobo era celoso mientras los demás miraban lo que por derecho era suyo. Ella es justo ese tipo de chica que todo el mundo podía mirar pero nadie podía tocar y si lo hacían no lograban hacerla estremecer, ella moría de ganas de saber lo que se sentía estar en el paraíso y al mismo tiempo arder en las llamas del infierno...
Lo observó en instante en el que llegó, su mirada no se despegó de él y mientras bailaba con cientos de mirada sobre ella, solo podía sentir la suya, bailaba siendo él el único espectador. Mientras sus labios probaban el vodka y su lengua relamía lo que quedaba en el vaso, Solar pudo sentir su cuerpo estremecerse mientras su mirada feroz la examinaba, si él lograba hacerla sentir así con una simple mirada, no se imaginaría si la tocara.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando su turno terminó, recogió su cabello rubio en una coleta y caminó hasta la barra tomando su habitual vaso de agua con hielos. Examinó el lugar, lo quería encontrar, quería verlo mucho más cerca pero siempre que su turno terminaba él ya no estaba.
Pero mientras su mirada perdida viajaba por el lugar un embriagante olor llamó su atención, era un extraño perfume lleno de masculinidad, cuando su cuerpo se giró se topó con el cuerpo de él. Su cuerpo tembló en espera de algo pero lo único que pudo ver fue como pagaba su trago y se acercaba a ella lo suficiente para aspirar su delicioso aroma.
—Edificio Lacorde— Susurró a su oído con una voz varonil.
Lo vio partir con tranquilidad.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La incertidumbre la acompañó por un largo rato mientras decidía ir o no a ese lugar. Se aferró un poco a su bolso de mala calidad mientras observaba el edificio elegante frente a ella y sin pensarlo dos veces se adentró al lugar.
Todo lucía muy pulcro y estético, Solar sabía que no debería estar en ese lugar pero las ganas de estar con él.
—¿Señorita Kim Yongsun?—Ella asintió temerosa. ¿Quién le había dicho su nombre? ¿Fue él? –Me dijo su novio que la espera en su apartamento 708—
