Desde los ocho años Lee LuDa ha tomado el metro y ha visto de todo, desde el pequeño mocoso castrante que no deja de joder a todo el mundo, la pareja que no se dejan de tragar, las ancianas que no quitan su bolso del asiento porque ¡Claro! ¡El bolso necesita asiento! Y los hombres que aprovechan cualquier movimiento para tocarte.
Ahora a sus veinticuatro años se había vuelto una experta para tomar el metro sin que este atascado en la famosa hora pico.
Luda lucía como la típica joven perfeccionista y puntual, pero no era así, no era perfecta y vaya que cometía errores a donde iba pero algo que caracterizaba a Luda era que siempre tenía un plan B para todo o un repuesto. Siempre era así.
— ¡Santa mierda! — Gritó al ver la hora.
Era la segunda vez que se levantaba tan tarde por culpa del despertador y era la segunda vez que se le había olvidado comprar las malditas baterías.
Pero justo, ese día, Luda se sentía frustrada, tenía una junta con su nuevo jefe y no podía darse el lujo de llegar tarde.Sin importar su aspecto demacrado, corrió para alcanzar el metro y para su buena había logrado llegar, pero para su mala suerte estaba atascado de gente que muy apenas cabía. Tenía dos opciones, tomar otra línea de metro, salir del subterráneo, tomar el autobús y llegar tarde o irse como una sardina y llegar diez minutos antes, encerrarse en el baño de la oficina y arreglarse para la junta.
— Vamos Luda, tu puedes hacerlo –Se dijo así misma y tomó la bocanada de aire más grande como si quisiera aguantar la respiración para poder entrar en un pequeño hueco.
Soltó un suspiró al quedar contra la puerta del metro, solo rogaba que al conductor no le ocurriera abrirla. Se sentía frustrada, tenía que admitirlo. En ese momento se juró pasar al supermercado para comprar las estúpidas baterías del despertador.
Cuando creyó que no podía ser peor, observó como un señor se iba a colocar detrás de ella y el miedo la abordó así como las ganas de patear traseros. Siempre era así, nunca se encontraba a chicos guapos en el metro porque ¡No había!
— Lo lamento demasiado –Susurraron a su oído creando una onda electrizante que recorrió su cuerpo. –Pero ese señor no tenía buenas intenciones –Se justificó tratando de no tocarla, pero eran sardinas, el trasero de la chica estaba a escasos centímetros de su pelvis.
Trató de girarse para ver al sujeto detrás de ella pero le fue imposible.
—¿Y tú no tienes malas intenciones? –Soltó furiosa tratando de darse un codazo en su estomago
—Si quieres puede dejar que la pelvis del hombre este frotando tu trasero –Se burló. –Tranquila chica, estoy empujando a las personas para no tocarte –
Luda sintió una terrible vergüenza mientras el chico hacía su pelvis atrás dejando su rostro lo suficiente cerca para que ella pudiera ver su perfil.
Jamás en su vida había tenido el honor de conocer a un hombre tan atractivo mientras esta sudando y de mal humor en el metro. Sus mejillas se encontraban rojas y se notaba demasiado que estaba haciendo un enorme fuerzo de no tocar a la chica
—Gracias.— Susurró Luda, logrando que él la mirara de reojo con una sonrisa que la había dejado encantada
—Mal momento para que se me descomponga mi auto ¿no lo crees? –Luda no sabía porque se lo comentaba, quizás solo quería matar la tensión que se había creado en ellos dos
—Y vaya momento de no haberle puesto baterías nuevas a mi despertador
—Si te soy sincero, es la primera vez que tomo el metro
—Qué mala suerte tienes o más bien que buena suerte
El chico la volvió a mirar de reojo le sonrió.
—¿Siempre vas así? –Luda negó mientras su mirada veía el reflejo del chico en la ventanilla de la puerta.
—He tenido mejores momentos
—Te compadezco
Luda le iba a responder, pero el metro se había detenido y había llegado la hora de la verdad. Las puertas se iban a abrir y ella iba a salir disparada.
Cerró los ojos con fuerza esperando a que su cuerpo cayera al suelo, pero el chico había tomado sus caderas y la había acercado a su cuerpo lo suficiente para sentirlo todo. Y al decir 'todo' hablaba desde sus pectorales hasta el asunto que tenía en los pantalones. Luda sentía que moría de vergüenza, pero las puertas se abrieron y para su suerte, el chico había evitado que ella cayera y terminara pisoteada por las personas.
Ambos bajaron, parecía que el chico tenía la misma parada que ella.
—Muchas gracias –Se atrevió a decir.
Cuando se giró, notó que el chico era mucho más guapo que lo se imaginaba con un traje negro y su cabello estaba perfectamente peinado.
—Voy tarde, lo siento –Le sonrió de la forma más cortes y sensual para luego salir disparado del lugar.
Cuando Luda reaccionó se dio cuenta que solo tenía cinco minutos para arreglarse.
Corrió hasta la oficina llamando la atención de todo el lugar
—La junta comienza en tres minutos Luda –Le dijo uno de sus compañeros con burla mientras se encerraba en el baño.
Tomó brillo labial rojo y lo colocó sobre sus labios y un poco en sus mejillas, ató su cabello en una coleta alta y algo despeinada, se seguía viendo fatal, pero no lo suficiente para ser despedida.
—Ya inició –Se burló su amigo y con toda la normalidad abrió la puerta de la sala llamando la atención de todos
—Ciento la demora –Se disculpó en un susurro
Examinó el lugar sin notar al nuevo jefe, de seguro estaba retrasado igual que ella, por lo menos había llegado antes que él
—Adelante, la estábamos esperando – Su cuerpo tembló de una forma terrible. Extrañamente sentía conocida esa voz y con mucho miedo se giró.
La sorpresa era evidente en su mirada tanto para ella como para él. Mientras Luda sentía que la tierra se la podía comer viva, él soltó una risa.
—Que pequeño es el mundo ¿no lo cree? Permite que me presente, soy Im Chang Kyun o mejor conocido como el chico del metro
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Idols×Idols
عشوائيsɪᴛᴜᴀᴄɪᴏɴᴇs ᴇɴᴛʀᴇ ɪᴅᴏʟs Dᴇ ᴛᴏᴅᴏ ᴜɴ ᴘᴏᴄᴏ. ____________________________________________________ 🍃Nᴏ ᴄᴏᴘɪᴀs ɴɪ ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴᴇs sɪɴ ᴀᴜᴛᴏʀɪᴢᴀᴄɪᴏ́ɴ ᴘʀᴇᴠɪᴀ 🍃Cʀᴇ́ᴅɪᴛᴏs ᴀʟ ᴜsᴜᴀʀɪᴏ ǫᴜᴇ ʜɪᴢᴏ ᴇʟ ᴇᴅɪᴛ ᴅᴇ ʟᴀ ᴘᴏʀᴛᴀᴅᴀ xoxo Primer l...