"Una mujer renacerá de las cenizas, una mujer cuya mirada busca fuego, una mujer que no le tiene miedo a ser quemada, una mujer que será tu reina y consigo traerá paz al reino. Pero advertido tienes que estar, muchos buscarán apagar la flama que arde en su interior, pues tu destino hecho esta"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Esas palabras permanecieron por muchos inviernos en su cabeza y cada vez que ese pensamiento volvía, él no sabía qué hacer y miles de dudas solo bombardeaban su cabeza como flechas haciendo que esta doliera.
¿Cómo sabría que sería ella?
Muchas veces se lo cuestionaba en la soledad de su palacio, hundido en la información de sus libros y muchas veces cuando practicaba en el jardín, pero todo cambió cuando una noche algo muy peculiar ocurrió en el palacio.
Dando una de sus largas caminatas nocturnas en los jardines del palacio. Yoongi escuchó un alboroto, alboroto que llamó su atención. Jamás entendió por qué esa noche decidió seguir a los guardias reunidos tras uno de los almacenes, quizás en otras ocasiones lo ignoraría pero esa noche algo muy dentro de él le imploró averiguar lo que estaba pasando.
Cuando se acercó, vio a sus guardias levantar sus lanzas hacía un punto en el almacén
—¿A qué debe tanto escándalo en mi palacio?
—Mi señor. —Pero este lo silenció. Alzó su cabeza un poco para ver por encima del hombro de uno de los guardias y sus cejas se alzaron sorprendidas al ver a una chica.
Su cabello era corto, muy inusual tratándose de una mujer, era negro, como la noche y algo más afilado que la cuchilla rozando su cuello era su mirada. Aquella chica yacía se rodillas en el sucio piso del almacén.
—¿Quién es la chica?
—Una ladrona, mi señor. —Yoongi se acercó hasta ella un poco curioso, ella no gimoteaba o suplicaba por su vida, parecía tranquila observando el suelo sin ánimos de mostrar respeto—. Entró al palacio
—Eso es muy evidente capitán. —Mencionó con un tono sarcástico y al mismo tiempo burlón hacía su guardia real. Volvió su mirada a la chica luego a los restos de un jarrón roto—. Te encuentras muy tranquila como para tener un cuchillo en tu garganta. —Ella no mencionó nada lo que provocó que este sonriera. —Tu rey te está hablando, ten la decencia de ver los ojos de tu rey
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
