¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sonido de las olas romper y chocar contra la playa era lo único en lo que se podía concentrar, su vestido de novia se encontraba hecho un desastre, roto y salpicado de sangre. Miró sobre su hombro el auto derrapar en la arena y sin darle importancia volvió su mirada al mar.
—Pensaste que me arrojaría al mar ¿cierto? —El castaño suspiró tranquilo al ver que ella estaba completamente bien.
—No, te amas demasiado como para terminar con tu vida de esa manera, pero... —Alargó vacilante—. Si te hubieras arrojado tendría que arrojarme yo, ya que no puedes dejarme solo en este mundo de locos, Jennie.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La relación de ambos no era complicada, desde pequeños ambos sabían que estaban destinados a estar juntos, a casarse, tener dos hijos y un perro en una casa en el campo, pero conforme fueron creciendo y Taeyong tomó el lugar de su padre en el negocio (no tan legal) de él y el padre de Jennie, ambos se dieron cuenta que solo terminaran juntos en otra vida.
El amor que se tenían superaba a otro, Taeyong nunca la besó en los labios, Jennie nunca se acostó con él, simplemente eran amigos. Ninguno se molestaba porque cada quien estuviera en su relación, estaba bien, ellos dos estaban seguros que en otra vida terminarían juntos y sin pena lo decían en voz alta.
Taeyong tenía a una chica la cual "amaba" pero él no sabía que lo traicionaría en un futuro y Jennie... tenía a alguien que quería, pero que este era un bastardo con ella, incluso Taeyong llegó a ser testigo de las secuelas del abuso físico en el cuerpo y rostro de Jennie.
***
—Jennie. —Su voz sonó severa—. Detente
Se acercó hasta ella y sin pensarlo le quitó los lentes oscuros y la bufanda en su cuello. Lo mataría, definitivamente lo haría y sería de la forma más dolorosa posible.
