Podía ser perfecto, con una sonrisa brillante como su futuro. Lo justo es que un hombre como él anduviera con alguien como ella. Porque para ser sinceros, ambos podían dominar el colegio si así lo quisieran. Con su deslumbrante belleza e imponer su autoridad con una mirada.
Por más que lo analizaba no encontraba ningún defecto en él.
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El sonido de sus tacones era fácil de identificar, todo el mundo sabía que YeEun junto a su grupo se acercaba al comedor luciendo como una perra sin corazón y luciendo su cabellera rubia y labial rojo que la caracterizaba.
¡Esperen! ¿Qué es lo que sus ojos veían?
YeEun casi se iba de espaldas al entrar al comedor. Su bolso Chanel cayó al suelo ante la impresión y todo su contenido se derramó.
Yuto, su Adachi Yuto con otra chica ¡Imposible!
Su corazón se partió en mil pedazos y en vez de sentir tristeza fue coraje lo que lo remplazó.
¿Quién era la perra que estaba sentada sobre sus piernas y acariciaba su cuello?
Sus amigas la miraron con sorpresa, esperaban una escena de enojo y llena de drama como la que la caracterizaba pero al contrario de otras veces, YeEun sonrió con arrogancia y fingida simpatía y caminó hacía aquella mesa llena de pura "celebridad" dentro de la escuela.
El primero en notar su presencia fue el mismísimo Yuto quien alejó ligeramente a la pelirroja de sus piernas para concentrarse en la rubia
—YeEun— Llamó uno de sus amigos con una sonrisa. —¿A qué debemos el honor?—Se burló con sutileza.
—Tranquilo querido, solo vengo a invitarlos a la fiesta que habrá en mi casa— Arqueó su ceja mientras miraba a todos con sorpresa.
—Me alegra que volvieras hacer una fiesta— Todo el mundo adoraba las fiestas que ella ofrecía.
—Pueden invitar a todo el mundo si quieren—Fingió desinterés mientras miraba a la pelirroja con superioridad.
—¿A quién te refieres con "todo el mundo"?
—A los nerd, rechazados, a sus amantes, a sus novias y chicas de un rato— Aquel comentario tan grotesco fue dirigido a la pelirroja quien hizo una mueca de desagrado. Pero lo único que hizo fue besar al pelinegro en los labios con descaro frente a YeEun.
"Oh no preciosa, lo que es de YeEun no se puede ni mirar"
Fue el guiñó hacía Yuto lo que enfureció a la pelirroja de sus piernas. Porque todo el mundo sabía que Yuto era de YeEun.
