Ella se encontraba en medio de esa fiesta, bailando como si nada le importara, con un brillo extraordinario en su mirada, su largo y sedoso cabello negro se movía al compás de su cuerpo. Estaba sola... Siendo admirada por él, quien la observaba desde la oscuridad como si tratase del premio más grande que jamás había ganado.
Sus preciosas caderas se meneaban con pasión, mientras él se regocijaba por la sensualidad plena que sólo ella le podía ofrecer.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿Por qué te gusta esa muchacha? — Preguntó aquel hombre de melena rubia. — Creí que tenías mejores gustos a la hora de escoger pobres mortales—
Wonho se limitó a contestar porque era cierto, de todos sus hermanos, era el único que tenía gustos... exquisitos. Chicas con largas piernas, cintura pequeña y redondo trasero, pero... Esa chica, esa chica había llamado su atención en el instante que contoneó sus caderas frente a él aquel caluroso día mientras se fumaba un cigarillo afuera de una tienda. Quizás era su perfume que lo había drogado con su deliciosa fragancia, su precioso cuerpo que mostraba con orgullo o aquel espíritu rebelde... ¡Dios! Enserio lo había cautivado....
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Permaneció en silencio mientras admiraba a la preciosa chica.
— ¿Qué la hace diferente a las otras?
—La deseo tanto que tan sólo con mirarla mi pulso se acelera y siento como mi cuerpo comienza a calentarse. Con tan sólo escucharla me siento atraído... su voz tiene algo que me lleva a lugares los cuales nunca pensé que existieran
— Wonho...— Le advirtió con severidad.
— Me hace ver versiones de mí, que ni yo mismo conocía— Susurró.
— Haz lo que quieras— Suspiró — Pero en esta ocasión te lo digo a ti, ten cuidado de caer—
Wonho la miró deseoso de poder tocarla, y cada segundo que pasaba se volvía una eterna agonía mientras la miraba de lejos, en silencio...
Wonho como todo cazador, se acercó cauteloso y sin prisas hacia su presa. La tomó de la cintura sintiendo su delicioso trasero contra su miembro frotarse mandando una descarga por toda su pelvis, y al contrario de otras veces, ella no se molestó. Siguió meneando su trasero y su cuerpo al ritmo de la música.
