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Cerró el grifo del agua y tomó una toalla blanca, secó lo más que pudo y la colocó alrededor de su cintura. Secó su cabello castaño con otra toalla mucho más pequeña y caminó por su habitación. Jackson soltó un largo suspiro mientras apagaba la televisión, entonces escuchó su teléfono sonar y cuando vio el número su cuerpo se puso rígido.
Lo había borrado, pero reconocería ese número donde fuera.
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—¿Ho-la? —Susurró e inmediatamente la música lo hizo separar el teléfono de su oreja.
—Eres un maldito desgraciado
—¿Joy?
—Acabo de ver un perito con una mancha en forma de corazón. -Balbuceó emocionada. Algo andaba mal.
—¿Estas ebria?
—Púdrete, eso deberías hacer pudrirte en infierno maldito
—Park Sooyoung ¿Dónde demonios están tus metiches amigas que deberían cuidarte? —Su voz sonó severa y muy molesta.
—No lo sé
—¿Por qué me llamaste? —Preguntó irritado mientras presionaba el huesecillo de su nariz.
—Eres un jodido engreído, sabía que no podía confiar en ti, primero vienes a mi vida y te vas ¡Jódete!
Podía cortar la llamada, pero no lo hizo. Se mantuvo escuchando las incoherencias de la chica.
—¡Joy, ven a bailar sobre la mesa! —Ese grito fue claro y alertó al castaño.
—¿Joy dónde estás? –Ella no respondía—. ¡Sooyoung, dónde estás!
—Dep.depa de Seulgi
—Voy enseguida, no te muevas
—No te necesito
Y colgó.
No importaba cuanto tiempo haya pasado desde que habían terminado, Jackson siempre se preocuparía por ella. Tomó lo primero que vio y salió disparado de su dormitorio. Estaba preocupado de que algo malo le pudiera pasar, ella era demasiado noble, distraída y muchos podía abusar de eso.
