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Las gotas de lluvia resbalaban por su rostro y empapando su uniforme. Ella trató de protegerse con una libreta mientras corría por las calles aferrada a la correa de su mochila. Se detuvo bajo una parada de autobuses, trató de secar con lo que podía su rostro y agitó su libreta para quitar el exceso de agua. Observó su teléfono y comenzó a sentir una opresión en su pecho al ver los mensajes y llamadas pérdidas que había en su bandeja.
Y antes de que pudiera hacer otra cosa comenzó a escribir un último mensaje mandando su ubicación.
Sentía mucho frío, demasiado frío mientras esperaba sola en la parada de autobús, su cabeza no dejaba de moverse de un lado a otro en su búsqueda.
—Hola Chaeryeong. —Su voz pese a ser suave la sobresaltó. Ella se giró hacía su compañero de clase quien estaba igual o peor que ella y le sonrió con su clásica y muy amigable sonrisa—. Y-yo, te estaba buscando para entregarte esto
Sus ojos viajaron rápido a la carta que sostenían sus temblorosas manos y una oleada de pánico la abordó como nunca lo había hecho, giró su cabeza volteando a todas direcciones en su búsqueda pero no había nadie.
—Y... Yo no sé si debería aceptarlo. —Más bien no podía hacerlo, el simple hecho de que Taehyun se diera cuenta le ponía los pelos de punta, su estómago se revolvía y la garganta se le secaba
—No tienes por qué responderme ahora, puedes pensarlo, pero por favor... Tómala—. Los ojos del chico le dieron ternura y sintió una punzada en su corazón así que la tomó e hizo una reverencia y mostrando una sencilla sonrisa.
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El sonido del claxon la sobresaltó luego de que guardara la carta en su mochila, Chaeryeong observó un auto negro estacionado en la esquina, entrecerró sus ojos para poder ver de quien se trataba pero una señal de luces fue suficiente como para comprobar su origen.
