La bella y dulce Yiren La amante de la sonrisa La Diosa siempre sonriente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Siempre a medio día la luz del sol otorgada por Félix, iluminaba los pasillos del olimpo, y siempre, a medio día, la hermosa Yiren paseaba por los jardines bajo la protección de las ninfas. El color oscuro de su cabello contrastaba con su cremosa piel y las flores del jardín se abrían para ver a la diosa de la belleza caminar por los jardines.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las grandes puertas del olimpo se abrieron dejando pasar a Aisha, diosa de la sabiduría y de la guerra estratégica, miró con gracia a su hermano quien yacía recargado en uno de los balcones. BangChan, dios de la guerra, virilidad masculina y el protector del olimpo.
La seriedad era algo característico de él, los músculos de sus brazos se marcaron mientras presionaba el barandal con fuerza
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Qué es lo que ves hermano? —Preguntó burlona sabiendo que su mirada asesina estaba puesta en la diosa de la belleza, Yiren—. Desear a alguien prohibido... pero que bajo has caído.
—Lo prohibido, hermana mía, tiene mejor sabor. —Mencionó serio viendo como la bella diosa caminaba por los estanques con sus pies descalzos. Aisha sonrió y negó con su cabeza.
—Y si te digo que ella desea lo mismo que tú
—No caeré en tus juegos Aisha, puede que seas mi hermana, pero más vale que te largues de aquí sino quieres que clave mi espalda en tu pecho
