— ¿Qué parte no entendiste por telefono? Te dije que estoy ocupada Junmyeon
El pelinegro de linda sonrisa sintió un dolor terrible en el pecho.
— No has comido. —Se justificó tratando de ser aún más tierno
— Esa maldita de Joy te dio el chisme.— Bufó
— Sólo déjame hacerte de comer
Irene rodeó los ojos y se hizo a un lado para que Junmyeon pudiera adentrarse a la casa
— No me molestes, estaré muy ocupada
Junmyeon se limitó a sonreirle esperando aún que sea un gesto de agradecimiento por parte de ella, una sonrisa, aún que sea muy tenue, pero nada. Ella lo dejó sólo.
Para cuando Junmyeon le entregó la comida ella ni siquiera se lo agradeció
— ¿Puedes por el amor de Dios dejar de ser así?. —Espetó con frustración mientras miraba a la chica de larga cabellera y tez hermosa
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— ¿Cómo?. —Lo miró con indiferencia, como solía hacerlo. Y al ver que no era nada importante y sólo era el molesto de Junmyeon, hizo lo de siempre: ignorarlo.
— Como si fueras... Rusia
— ¿Perdón?
— Si, tan fría y difícil de conquistar
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— Quiero estar sola Junmyeon, tengo muchas cosas por hacer
Junmyeon miró con mucha tristeza a la chica y soltó un suspiro.
— No te extrañe si el día de mañana ya no vuelva
Fue lo último que dijo antes de salir del departamento de la chica y posiblemente de su vida...
