-Gracias por venir, Min Hyuk. Como verás... no me siento muy bien –reuní fuerzas para sonreír, y mis labios secos resintieron el movimiento.
-Abi... yo...
-Tomaré los tres días para descansar.
-Puedes tomar todos los días que quieras... lo importante es que te cures bien...
-No es como si pudiera permitirme muchos días ¿O sí? Sólo necesito tres.
La mirada de preocupación en Bae Hyun se intensificó, miraba que me defendía del frío con mi sudado pijama de Pikachu y los pies descalzos, podía notar que estaba desesperado por tomarme en brazos y llevarme a la habitación. Lo miré, y esbocé una sonrisa cansada y resignada ante la fatalidad de mi enfermedad.
-Me voy a descansar, deberías hacer lo mismo, Bae Hyun.
Él suspiró, fastidiado, y cedió al impulso de tomarme en brazos. Noté su fuerza, su determinación sobreprotectora, y no supe cómo sentirme ante eso.
-Si sólo tienes tres días para recuperarte, lo mejor que puedes hacer ahora es no moverte de la cama y descansar.
-Uhm.-murmuré y descansé mi cabeza en la curva de su cuello. Debo admitir que era muy cómodo. No tenía fuerzas para discutir, y odiaba sentirme tan derrotada, pero por ese instante, no quise ser fuerte y enfrentar la realidad, sólo quería dormir y aislarme del mundo por tres días.
Retomé mi rutina con buena salud física, pero mi salud mental pendía de un hilo. Lo único que alejaba todos mis males era la posibilidad de conocer a mis chicos. Ellos me hacían olvidar el hecho de que notaba la incomodidad de Min Hyuk cuando estaba cerca. Su sonrisa ya no era cálida ni genuina, por el contrario, era nerviosa y precavida, como si cada mínima acción que hiciera intensificaría mis sentimientos por él... ya era muy tarde para eso, pero no se lo dije. Apenas nos limitábamos a hablar sobre los pedidos, precios, fecha de entrega y la distribución del tiempo para elaborarlos. Puedo asumir una imagen profesional mientras mi corazón se está derrumbando, no tenía otra alternativa. Ninguno de los dos la tenía. Este es el mundo real, no hay tiempo para sentimentalismos...
O al menos eso pensaba. Dos días después de mi recuperación, y que soporté trabajar con un Min Hyuk nervioso y demasiado atento a todo lo que hacía, recibí un mensaje de Eun Ji citándome a tomar un café fuera del vecindario para charlar. La invitación ya despertaba todas mis alarmas, y cuando llegué a dicha cita después del trabajo, mis sospechas de que sería sólo una conversación entre ella y yo, sin la presencia de los hermanos Cha, se confirmaron.
Mi parte irracional quería odiarla: odiar su belleza, odiar su encanto para tener el corazón de Min Hyuk servido en bandeja. Quería odiarla con todo mi ser... pero no podía, no me salía.
-Lamento citarte así de la nada. ¿Estás mejor de la gripe?
Hasta la forma de tomar el café era escandalosamente elegante. Es de esa clase de mujer que haga lo que haga, siempre será bella, y el resto... o más bien yo, quedamos como el patito feo.
-Sí... mejor, gracias.
Invadió el silencio incómodo, apenas roto cuando depositamos nuestras tazas de café sobre la mesa.
-Creo que lo mejor que puedo hacer ahora es ser directa, Abi-ssi.
Aquí viene lo bueno.
-Me caes bien, Abi. Min Hyuk sólo habla maravillas de tu desempeño en el negocio y lo mucho que ayudaste a que avanzara. Su madre también está feliz porque están a pocos pagos para saldar la gran deuda que les dejó el señor Cha. Pero...
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Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADA
RomanceTomar la decisión de mudarte a otro país no es fácil, pero Abril lo venía pensando desde hace tiempo, no porque le gustara los dramas y estuviera obsesionada con un grupo de K-pop que iba a separarse pronto... no. Quería una vida nueva, empezar desd...