┃Capítulo 4┃

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Tres meses después, pude alquilar mi primer departamento, el cual encontré a un buen precio considerando la ubicación y que nadie había muerto ahí previamente. Era un hogar tradicional, piso de madera, muebles minimalistas, cocina pequeña y buena iluminación natural, ya que estaba en un décimo piso.

-A ver a ver, ¿Eso es una mancha de humedad?

Le estaba dando un pequeño recorrido a Ari a través del Facetime, Mimi y César lo verían después, aunque ya les había mostrado fotos.

-Bueno, sí, pero eso ya está solucionado.

Ella no parecía muy convencida, pero le aseguré que toda la estructura estaba en buenas condiciones, y ya pronto podré considerarlo mi pequeño rincón del mundo en cuanto terminara de desempacar todo.

-¡Traigo la última caja, Abi!

Sun Hee cargaba la caja en sus delgados brazos como si fuera un bebé, me apresuré y la apilé junto con el resto, que no eran mucho, apenas cinco cajas de mudanza.

-¿Es Sun Hee? –preguntó Ari, ella y el resto del grupo ya la conocían y estaban un poco enamorados de ella. No podía culparlos, era muy tierna y amable, igual que Min Hyuk.

-Sip. Me ayuda con la mudanza.

-¡Aniong! –saludó Sun Hee, entrando en el enfoque de la cámara del celular, a mi lado. Ari la saludó con la misma alegría, ya en coreano.

-Sun Hee, muchas gracias por ayudar a Abi con la mudanza.

-No hay problema. ¿Ya viste todo el departamento?

-Sí. Me preocupaba esa mancha de humedad en la cocina pero Abi dijo que ya estaba solucionado.

-Así es, y conseguimos un gran descuento por eso. Les dije que no podían cobrar la suma original del depósito sin antes solucionar ese problema.

-Eres buena haciendo tratos, ¿eh?

-Por supuesto.

Ambas rieron y yo sentí otra pequeña dosis de felicidad. Que Sun Hee se llevara tan bien con mis amigos era... grandioso, espectacular. Aún me sorprendo que ella sea mi amiga.

La conocí una semana después de la entrega del pastel con forma de bolso de Jin Ha, después de ella no habíamos recibido ningún pedido de pastel personalizado, hasta que Sun Hee entró a la cocina un día, fue directo hasta donde estaba y me habló sin rodeos.

-¿Eres la que hizo el pastel de cumpleaños de Jin Ha?

-Ssi... -miré a Min Hyuk, en busca de ayuda, él sólo sonrió y se encogió de hombros. En ese momento yo no sabía que era su hermana menor.

-¿Puedes hacer este bolso?

Me mostró la foto de un bolso, pequeño, con forma de sobre de color negro y cadena dorada.

-Sí... por supuesto.

Ella pegó un chillido de alegría y me abrazó.

-¡Muchas gracias, muchas gracias! Me has salvado, olvidé que era mi turno de llevar el pastel de cumpleaños para una compañera de trabajo y quería que fuera espectacular. ¡Me has salvado! –me abrazó de nuevo y yo seguía tiesa como una estatua. Miré a Min Hyuk en busca de alguna explicación de por qué una desconocida entró como si nada a la cocina y tenía el valor de abrazarme así, como si me conociera de toda la vida... considerando que los coreanos no son de demostrar públicamente sus sentimientos... pero él seguía sonriendo, divertido.

Entonces supe era la menor de los Cha; tenía la mirada y la sonrisa amable de Min Hyuk, pero era mucho más extrovertida que el resto. De esa misma manera decidió ser como una especie de guía turística, me invitaba a comer, a ver películas, al karaoke, y no aceptaba un no como respuesta.

Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora