Cuando digan que lo peor del viaje es viajar... hay que creerlo, y a pesar que este era mi cuarta vez pasando por esta odisea, ciertamente acobardaba para no intentar una quinta y sexta vez.
Aunque valía la pena si la persona que te acompaña hace de todo para que olvides el cansancio físico. Bae Hyun tenía esa capacidad de hacerme reír cuando lo necesitaba, y de guardar silencio cuando quería perderme en mis pensamientos por un rato, o cuando tenía que responder a los reportes de mis mamás gallinas y papás gallos... más dos pollitos, mis hermanastros.
Me tomé el tiempo para hablar sobre todos, él demostraba un sincero interés y me pedía que le mostrara fotos, hasta ese momento no me di cuenta lo poco que sabía Bae Hyun de las personas que me rodeaban, sí conocía el vínculo: si era sanguíneo o no, pero no las aventuras y desventuras que compartimos los años previos al viaje y los años posteriores.
Él también se tomó un tiempo para hablarme de su empresa, ya que su vida giraba en torno a ella y las únicas amistades que mantenía cerca era la de Min Hyuk y Sun Hee.
A pesar que compartimos una intimidad física en la cama... compartir la intimidad que había fuera de ella era un progreso en nuestra relación, uno irreversible.
-Ya falta poco, amor.-dijo Bae Hyun con una sonrisa cansada mientras esperábamos el avión que nos llevaría a mi casa, en Ezeiza, aprovechamos el tiempo muerto para comer y estirar las piernas.
-Uhmm.-suspiré con un mohín y dejé caer la cabeza en su hombro sano, a pesar que el otro lado la herida ya cicatrizó y no sufrió consecuencias, prefería ubicarme del lado sano.-esta vez el viaje será menos largo, no habría soportado un trayecto en un micro de larga distancia.
-Lo sé.-dejó caer su cabeza sobre la mía con suavidad y se restregó como un gatito mimoso.
-¿La primera vez que viniste... también tomaste un avión?
-Por supuesto, es un viaje más directo, aunque podría haber disfrutado un poco más del paisaje en el camino... sólo pensaba en que quería verte.
Un nudo me atravesó la garganta, el cansancio me ponía más sensible de lo normal, recordar cómo lo traté cuando llegó y cómo nos separamos cuando se fue...
-Te daré más de una docena de galletas para el viaje, Bae Bae. Lorena seguro las tendrá listas cuando lleguemos, mantuvo muy bien el negocio mientras no estaba.
-Dime que hizo de chocolate.
-Sip.
-¿Y de miel?
-También.
-Uhmm, esas son mis favoritas, ya las estoy saboreando...
Inclinó la cabeza hacia atrás y mordió traviesamente el lóbulo de mi oreja, lo que provocó que brincara y ahogara un chillido a duras penas.
-¡Bae Hyun, controlate!-miré nerviosa a mi alrededor, nadie nos veía con atención... pero considerando el brillo travieso en sus ojos, él era capaz de cualquier cosa.
-Tu oreja es más blandita y dulce que una galleta, no pude resistirme.
-¿Te volviste un caníbal y no me di cuenta?
-Sólo contigo... y tus orejas... y tus...
Le di un golpecito en el pecho para callarlo mientras reía.
-¿Qué? Tengo que aprovechar de mimarte ahora antes de llegar a tu casa, seguro tu padre no permitirá que respire cerca de ti...
-Uhmm... no sé, no creo que sea esa clase de padre celoso... pero no puedo asegurarte nada, Bae Bae, eres el primero al que le presento así que...
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Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADA
Roman d'amourTomar la decisión de mudarte a otro país no es fácil, pero Abril lo venía pensando desde hace tiempo, no porque le gustara los dramas y estuviera obsesionada con un grupo de K-pop que iba a separarse pronto... no. Quería una vida nueva, empezar desd...