┃Capítulo 110┃

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En este momento entendí que eramos dos personas rotas tratando de recuperar los pedazos de un pasado que era eso, un pretérito perfecto simple: una acción ya concluida, sin retorno.

-No.

Traté decirlo con suavidad, pero más parecía una sentencia también sin retorno. Bae Hyun suspiró, asumiendo la verdad... la realidad que tanto se negó a ver.

-Entiendo.

Mi corazón también lo entendió, finalmente. Algunos pedazos del yo del pasado y del presente lo anhelaron, y sabía que nunca podría olvidarlo, no es fácil borrar a una persona que significó tanto en tu vida.

Quizás esa parte que no podía olvidarlo y que no soportaba verlo tan roto después de todo el esfuerzo que puso para no mostrarse así fue la que me impulsó a posar la mano en su mejilla y acariciarla con suavidad.

-No voy a culparte por lo que hizo tu madre, espero que entiendas eso también. En ese momento no sabía lo que era capaz de hacer con tal de alejarme de tu lado... sólo sabía que no importaba lo que hiciera, estaba dispuesta a luchar por lo nuestro porque me hacías muy feliz...

Una lágrima cálida se deslizó entre mis dedos, deslicé el pulgar para secarla.

-... la Abi de ese entonces te amó mucho, Bae Hyun.

-Y yo. También amo a la que está frente a mí justo ahora, pero entiendo que ahora no puedas corresponderme.

Sufrí una punzada que me quitó el aliento, no supe cómo ordenar mis pensamientos para contestar de manera coherente.

-Si... yo... seguro que... encontrarás... a alguien mejor...

Él tuvo la destreza de sonreír con tanta ternura que deseé saltar a otra dimensión, lo remató posando su mano sobre la mía, un gesto que me llenó de sentimientos tan confusos que olvidé cómo respirar otra vez.

-La cuestión no es si encuentro a alguien mejor, sino a alguien que me dé la misma felicidad que tu me diste, y eso es imposible. Siempre serás mi bonita.

Todo mi ser sufrió un cortocircuito, no supe qué responder, tampoco sabía cómo debía hacerlo. No quería alimentar esperanzas que al final nos llevarían al fracaso total.

-Acomodaré mi maleta, ¿Si? Lo mejor que puedo hacer por ti es alejarme, lamento no haberte escuchado antes, ya no forzaré mis sentimientos hacia ti.

Le dio un apretón suave y tierno a mi mano antes de ponerse de pie y deslizarse hasta la habitación de invitados para acomodar su maleta, en tanto yo permanecí sentada en el mismo lugar varios segundos, procesando sus palabras, tratando de que el dolor lacerante en mi corazón no me dominara. Respiré con lentitud y reuní las pocas fuerzas que me quedaban para levantarme, necesitaba salir de mi estado de estupor, Bae Hyun estaba haciendo justo lo que le pedí desde el primer momento, no tenía sentido retractarme y pedirle lo contrario sólo porque no sabía qué hacer conmigo misma...

-Oooufff.

No avancé ni tres pasos cuando el músculo de mi pierna se contrajo, impidiendo mi avance.

-¿Qué pasó? ¿Estás bien?

Por supuesto mi quejido llegó hasta Bae Hyun y no tardó en llegar para socorrerme.

-Sí... -apreté los labios para reprimir otro quejido-mi pierna se acalambró... voy a... ufff.

Bae Hyun me tomó en brazos como si pesara menos que una pluma, no me permitió quejarme al respecto, el calambre en mi pierna era más fuerte.

-¿Cuál es?-preguntó con seriedad después de dejarme sentada sobre la mesa frente a la cocina.

-La derecha.

Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora