┃Capítulo 87┃

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 -Le estoy diciendo que ella jamás haría algo así. Revise las cámaras de seguridad otra vez. ¡No pudo solo esfumarse!

Sun Hee golpeó la mesa del detective Im con insistencia, al borde del colapso nervioso. Abi llevaba desaparecida más de doce horas, la única esperanza quedaba en las grabaciones de la cámara de seguridad de toda la cuadra.

-En la hora que usted nos dijo que la señorita Gonzáles pudo salir no muestra nada, señorita Cha.

-¡Y yo digo que eso es imposible! Revise todas las cámaras otra vez. ¡Revíselas! Y triangule la señal de su celular ¡Sé que pueden hacer eso!

-Sun Hee...-Min Hyuk apareció a su lado, apretando su hombro con suavidad para calmarla, pero ella se liberó de su mano con fastidio.

-No. Me niego a creer que las cámaras no registraron nada. Abi tendría que haber salido de la pastelería alrededor de las diez de la noche, cuando me fui vi que solo le quedaba lavar algunas cosas y cerrar la puerta delantera.

-¿Revisó la caja registradora?-consultó el detective con tono neutro.

Sun Hee, que estaba inclinada sobre la mesa, se irguió de repente.

-¿Disculpe?

-Si falta dinero, entonces la teoría de huida es más plausible...

-¡ABI JAMÁS NOS ROBARÍA, MALDITO IDIOTA!

Min Hyuk tuvo que abrazar a su hermana para controlarla.

-Ya, ya, Sun Hee...

-¡Es la mujer más responsable y honesta que conocí en mi vida! Suéltame, Min Hyuk, ¡Suéltame!

-Será mejor que controle a su hermana, señor Cha. Primero revisen si está todo en su lugar en la pastelería, si es así entonces podré registrar la desaparición de la señorita Gonzáles como una en contra de su voluntad y no como una premeditada.

-¡Le digo que mi amiga jamás...!

-Está bien, haremos eso, detective Im, muchas gracias. Vamos, Sun Hee.

Sun Hee protestó y trató de liberarse de los brazos de acero de su hermano todo el trayecto hasta el estacionamiento de la estación de policía.

-Tienes que calmarte, hermana –trató de decir con calma.-El detective solo estaba descartando las posibilidades...

-Hablas como si no conocieras a Abi. ¡Ella nunca faltó a un día de trabajo sin avisar! ¡Nunca!

-Lo sé...

-¿¡Si lo sabes por qué no la defendiste de ese idiota!?

-Porque gritándole no beneficiará en la búsqueda, sólo la ralentizará.

-Sabía que no tendría que haberla dejado sola. Lo sabía.

Min Hyuk sintió un desgarro en el corazón al ver a su hermana quebrarse por un momento, comprendía su desesperación y también estaba preocupado por Abi.

Todo empezó a las siete de la mañana, que era el horario de entrada al trabajo, cuando Abi no apareció ni a las siete treinta ni a las ocho, empezaron a preocuparse y a dejar varios mensajes en su celular... mensajes y llamadas que nunca fueron contestadas, por supuesto que existía la posibilidad de que ella olvidara cargarlo, pero era Abi Gonzáles de quien estaban hablando, si hubiera sufrido algún percance para presentarse en su horario habitual, habría encontrado el modo de contactarse.

Pero ya era la una de la tarde y ella no daba señales de vida. Incluso fueron a su departamento y la casera del edificio les avisó que no la vio ingresar por la noche, ya que Abi le llevaba una bolsa con masitas dulces para el desayuno, y siempre le avisaba si tenía que quedarse hasta tarde en la pastelería para que no esperara dichas masitas.

Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora