┃Capítulo 75┃

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Él soltó un jadeo y retrocedió unos milímetros cuando mis manos recorrieron sus abdominales. Ja, ¿Pensó que nunca me animaría a tocarlo...? Bueno, también lo pensé, pero ya que lo tenía frente a mí... bien podría aprovechar la oportunidad ¿No?

-Es un poco esponjado-hundí mi dedo en su pectoral izquierdo, sólo para comprobar la profundidad- no tanto, has entrenado bastante ¿Eh?

-Abril...

No sé cómo logró pronunciar mi nombre, noté que apretaba la mandíbula con mucha fuerza.

-¿Sí? Ah, cierto, el nombre. No se me ocurre ninguno, aunque tus chicos son bastantes firmes...

Eso también lo hizo reír, pero su cara no expresaba más que sufrimiento.

-¿Abi?

-¿Sí?

-Si sigues parloteando, vas a matarme.

-Repites eso con más frecuencia de la que me gustaría, me haces quedar como una asesina potencial.

Esta vez la risa salió desde el alma, dejándome sin aliento cuando descendió, esta vez con más lentitud, para darme otro beso tierno.

Noté que me gustaba hacerlo reír, aunque no era esa mi intención, las palabras salían antes de poder pensarlas, una cualidad que él despertó desde el primer momento.

Ahora que ninguna barrera de ropa nos separaba, todo se sentía más intenso. Él tenía la piel tersa, pero seguía siendo varonil, bastante poderoso.

Sus manos también eran poderosas y curiosas, encontraron mis almohadas (maldita sea, ya no podía pensar en mis pechos en otra forma que no fuera esa) y masajearon, logrando que todo mi ser revolucionara, quizás más que ayer, porque ahora ambos habíamos derribado varias barreras. Disfruté de su atención, de sus caricias, y de sus besos cuando decidió centrarse en mis pechos otra vez. Cuando mordía, no podía evitar soltar un gritito, o quizás era más un jadeo de placer.

-Bae... Bae Hyun... uhm... ¿No se te hace tarde para ir al trabajo?

Si están pensando en que se me zafó un tornillo... tienen toda la razón.

-No creí que te preocuparan tanto mis finanzas, querida Abi.

Era muy difícil tomarlo en serio cuando todavía estaba inclinado entre mis pechos, pero tenía que volver al hilo de la cuestión.

-No es eso... es que yo....-tuvo el descaro de morderme como si fuera un bollito dulce- ay, es que... seguro tienes un horario que seguir y no... -otra mordida- uuff, no quiero que llegues tarde por mi culpa.

-Evidentemente no estoy haciendo bien mi trabajo.

-¿Eh? ¿Qué trabajo?

-Darte el placer suficiente como para que no pienses en nada más...

No negaré que sus besos me hacían delirar, pero todavía quería aferrarme a un poco de sentido común para no perder por completo la cabeza... metafóricamente, por supuesto.

-Uuhmm-se acarició el mentón, como todo un pensador.-creo que deberé centrar mi atención en otro lado...

Sus dedos se deslizaron peligrosamente hasta el elástico del boyshort. Todo mi ser físico y espiritual empezó a vibrar.

-¿Bae Hyun?-lo llamé, con la voz ahogada.

-Todo va a estar bien, bonita.

Quería gritar, decir algo, no sabía exactamente qué, pero su mirada me lo impidió, no era una que me intimidara, no en el sentido de generar miedo, sino en el sentido de generar una mezcla tan loca de emociones que no podían ponerse en palabras.

Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora