┃Capítulo 143┃

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2 años y medio después...

Mantener una relación a distancia depende de muchos factores, pero el principal es que las personas involucradas encuentren un equilibrio... y Bae Hyun y yo lo encontramos en el primer año.

No voy a decir que fue fácil, la ansiedad casi me destruyó el primer año... pero logré sobreponerme gracias a mi trabajo, terapia... y a la infinita paciencia de Bae Hyun.

Cada día confirmaba que era imposible encontrar lo que tenía con él con otra persona, no solo era mi pareja... también era mi mejor amigo y respetaba mis tiempos malos... y me amaba con locura en mis tiempos buenos.

Y tenía el mismo efecto sobre él, porque en los días en que su empresa estaba en números rojos otra vez, el único momento del día donde se evadía y se tranquilizaba era cuando hablaba conmigo, lo distraía y lo hacía reír (aunque fuera a mi costa) y también le decía que confiaba en su capacidad, no dudaba que saldría adelante... porque mi Bae Bae nunca se rendía, y si lo hacía... estaría para él de todos modos.

La comunicación online era primordial... pero no reemplazaba el contacto físico, por supuesto, he ahí donde la búsqueda del equilibrio cobra más relevancia.

En el primer año él venía a Argentina cada tres meses, y solo por una semana, mi economía me permitía darme el gusto de viajar solo en días festivos... como cuando florecieron los árboles de cerezo, para Bae Hyun era imperdonable que en la historia de nuestra relación no compartiéramos un picnic bajo el árbol del cerezo, así que trabajé el doble los meses previos para poder cumplir ese hermoso cliché, lamentablemente mi negocio también pasó por malos tiempos después de ese viaje y no pude asegurar que volvería para Navidad... pero él decidió que la pasaría en Argentina, ya que nunca pasó una calurosa navidad en toda su vida.

En el segundo año mi economía ya me permitió concretar encuentros en un punto intermedio, Estados Unidos, viajé dos veces, la primera vez a principios de año, y la segunda a la mitad, coincidiendo con sus viajes de negocios, y en esos dos encuentros pasamos juntos cinco días... que nos bastaba para el próximo encuentro dos o tres meses más tarde.

Ya en el tercer año decidí pasar año nuevo en Corea, como para devolver el regalo de la presencia de Bae Hyun en navidad. Asumí que lo pasaríamos en Busan... fui con dos días de anticipación, él me dejó descansar uno y al siguiente anunció que pasaríamos la fiesta en Jeju, y retomó la tradición de compartir la fiesta con los hermanos Cha y sus respectivas parejas.

Se sintió bastante surreal, porque no podía evitar compararlo con mi primer año nuevo en Jeju, en ese momento mi corazón estaba recuperándose por el amor no correspondido de Min Hyuk, y Bae Hyun estaba molesto porque acepté el viaje para no pasar esa fiesta en la soledad de mi departamento...

Y ahora, varios años después, recibíamos juntos ese nuevo año como pareja, y compartíamos la celebración con las mismas personas que ya eran parejas felizmente casadas.

La vida de cada persona puede cambiar tanto en un lapso de un año... demasiado si considero mi gusto por las rutinas fijas que me dan esa falsa sensación de estabilidad.

En julio de ese tercer año mi vida sufrió ese cambio que definitivamente no esperaba.

-Bae Hyun...

Era la una de la mañana en mi lado del mundo, mientras que en el lado de Bae Hyun era la una de la tarde, se podría decir que teníamos ya como rutina hablar por videollamada mientras él almorzaba y yo estaba en mi cama ya preparada para dormir.

Pero esta vez decidí hacer la videollamada desde el comedor, con la cena sin tocar en la mesada de la cocina, y él, por el contrario, estaba devorando un ramyeon instantáneo en la privacidad de su oficina.

Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora