Pasaron seis semanas, y logré establecer una especie de rutina: levantarme temprano, trabajar (que seguía consistiendo en limpiar, y si Min Hyuk quería, lo ayudaba con las mezclas de los postres y lavaba todo lo que él usaba, una y otra vez) seguía trabajando y volvía a dormir al goshiwon.
Tengo que admitirlo, me aburría mucho, así que en mi tiempo libre me ponía a dibujar o a modelar con una pasta que compré en una librería, tenía que familiarizarme porque había una gran diferencia entre la masa de porcelana de Corea y la de Argentina. Con la pasta de goma no tenía problema, por suerte... Pero a este paso, si no podía demostrar mis habilidades en la panadería de la señora Cha... ¿Qué haré? ¿Seguir ocultando mis capacidades, siendo que podrían ser muy útiles para el negocio?
Min Hyuk era un gran repostero, la base de clientes que mantenía a flote la panadería, solo venía por sus pasteles y otra variedad de postres, pero él no pasaba de eso. No podía decorar, no podía modelar en pasta de goma ni en ninguna otra clase de masa. La señora Cha decía que con eso era suficiente, que no podía exigirle más a su hijo, y lo comprendía, de verdad lo comprendía y me conmovía que él se diera el tiempo de venir a la panadería a hornear, siendo que estaba en la última etapa de sus estudios, con proyectos y con la tesis final... Aún así él venía, porque quería mantener el negocio familiar... A pesar de que la gran panadería a pocos pasos de distancia robaba toda la atención, porque ellos preparaban pasteles más elaborados, más decorados y personalizados. Yo veía las muestras desde el exterior, y eran... Extraordinarios. Pulcros, sublimes.
Yo sé que podría lograr ese tipo de decoración si me dieran la oportunidad... Podría ser el Buddy Balastro de este lugar... Pero tampoco quería forzar la situación, la señora Cha y Min Hyuk ya estaban lo suficientemente estresados con toda la situación de la gran panadería y de la poca ganancia que les generaba la suya...
-¡Onmoni! -chilló una voz femenina. Un escalofrío recorrió mi espalda. Hablaba fuerte a propósito, para que Min Hyuk la escuchara desde la cocina.
-¡Jin Ah! -saludó la señora Cha con una gran sonrisa.-¿Qué llevarás hoy?
Seo Jin Ah era una cliente bastante habitual en la panadería, venía como mínimo tres veces por semana, en el horario de la tarde, es decir, en el turno de Min Hyuk. El pobre no podía escapar de ella, porque siempre encontraba el modo de verlo desde el mostrador, y lo saludaba de manera coqueta, con una sonrisa tan deslumbrante que me dejaba ciega. Min Hyuk le correspondía el saludo, pero de manera más educada y reservada, era consciente de las intenciones de Jin Ah... habría que ser idiota para no darse cuenta. Especialmente porque venía bien vestida, con faldas ajustadas para resaltar su pequeña cintura y tacones altos para realzar sus delgadas y esbeltas piernas.
-Hoy tengo un pedido especial, onmoni.-continuó ella- quiero este pastel para mi cumpleaños -le mostró una foto que tenía en su celular último modelo, súper rosa y brillante- y que el bizcocho sea de chocolate, con crema de frutilla, el que hace Min Hyuk. ¡Es mi favorito! ¡No tiene comparación! ¿Podrá hacerlo, onmoni? Mi fiesta será en cuatro días.
Min Hyuk estaba frente mí, preparando crema de limón para un lemon pie, y se detuvo al escuchar eso. Percibí su tensión, y en la señora Cha cuando dijo:
-Jin Ah... aquí no hacemos este tipo de pasteles. Min Hyuk puede preparar el bizcocho con el relleno que quieras, pero no puede darle esa forma... también se usa lo tradicional. Lo llaman pastel desnudo. ¿Qué dices?
La perfecta boca de Jin Ah hizo un mohín que pretendía ser tierno, pero para mí era irritante.
-No. Quiero que tenga esta forma ¿Ve? Es el bolso que me regaló mi padre, es muy exclusivo, y me gusta mucho. Al igual que el bizcocho que prepara Min Hyuk. ¿Por qué no podría tener dos cosas tan queridas para mí en un solo pastel? Le pagaré bien, onmoni. Usted sabe eso.
-El problema no es el dinero... Jin Ah...
Insistió por un buen rato, la señora Cha estaba a punto de perder la paciencia, lo notaba en el tono de su voz, y podía comprenderla y a la vez la compadecía. Quería conservar a Jin Ah como cliente, pero tampoco quería poner tan presión sobre su hijo...
Dí un brinco cuando Min Hyuk salió de la cocina precipitadamente, lo seguí y me quedé oculta tras la puerta.
-Jin Ah...-dijo, y el rostro de la chica se iluminó como árbol de navidad.
-¡Oppaaa!
Realmente admiraba el valor de la chica. Lo abrazó por el brazo e hizo de nuevo ese mohín, o puchero que pretendía ser tierno.
-Oppa. En cuatro días es mi cumpleaños, y quiero que mi pastel tenga esta forma -le mostró la foto, yo traté de espiar, pero la espalda de Min Hyuk no lo me lo permitía-y quiero que el relleno sea tu famoso bizcocho de chocolate, con crema de frutilla. Yo sé que puedes hacerlo. ¿Puedes, puedes, pueedes? Por favor.
Apreté los dientes, era una pesada. Deseé salir de mi escondite y darle una patada... pero no podía, Min Hyuk nunca me lo perdonaría. Vi que se soltó de las garras de ella con toda la delicadeza del universo, y con esa misma delicadeza dijo:
-Jin Ah... puedo hacer el bizcocho, pero no me dedico a decorar pasteles personalizados. Lo sabes. Si quieres, puedes...-su voz se quebró por un momento, y deseé saltar para abrazarlo-puedes pedir algo así en la siguiente pastelería...
-No -el mohín ahora era una mueca de enojo-quiero tu bizcocho con crema de frutilla, nadie puede hacerlo como tú lo haces, oppa. No es tan complicado. Sé que eres muy capaz de hacerlo. ¡Puedes hacer muchas cosas! Vamos, ooppaa. Por favor. Por favor.
La tensión de Min Hyuk debió subir hasta las nubes, lo sentí, y ya no pude resistirlo más.
-Yo lo haré.
Las miradas de Min Hyuk y la señora Cha eran de espanto, la de Jin Ah, de desprecio absoluto.
Su perfecta oreja en su perfecta cara de muñeca se alzó, incrédula.
-¿Y tú quién eres?
-Asisto a Min Hyuk en la cocina.
-¿Qué? ¿Desde cuándo? -protestó, mirando a la señora Cha y a Min Hyuk.
-Desde hace un mes. ¿Puedes mostrarme la foto del pastel que quieres? -dije, y como no se movía, lo hice yo. Me acerqué y la vi- ¿Cuántas personas asistirán a la fiesta?
-150.
-Bien. Entonces estará listo para ese día por la mañana. Será tal como quieres, con el bizcocho y el relleno preparado por Min Hyuk, pero yo me encargaré de darle la forma de bolso.
-¿De verdad? ¿Tú? ¿Cómo puedo confiar en que lo harás exactamente igual?
Recibí el golpe, y traté de no caer. Estaba acostumbrada a que subestimaran mis habilidades, pero que ella lo hiciera era más irritante, el doble de irritante, la verdad.
-Tendrá que confiar, señorita Jin Ah-sonreí - y con mucho gusto le puedo mostrar mis redes sociales, donde tengo registros de todos mis trabajos con vídeos del proceso. ¿Quiere verlos?
-Ja -exhaló- no. Gracias. Está bien, confiaré en tí solo porque onmoni no contrataría a una inútil para trabajar al lado de Min Hyuk. ¿Dices que estará listo en la mañana de la fiesta?
-Así es.
-Bien. Entonces, me despido. Tengo muchas cosas por hacer.-sacudió su cabello de manera emblemática y le dedicó una sonrisa deslumbrante a Min Hyuk, que tenía una expresión de sorpresa bastante adorable.-Adiós, oppa. Onmoni.
Le acarició el brazo y me miró de reojo. La muy perra... estaba marcando territorio, y me tragué el enojo a duras penas. Se fue del lugar contoneando las caderas y dejando el rastro de su perfume caro en cada paso.
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Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADA
RomanceTomar la decisión de mudarte a otro país no es fácil, pero Abril lo venía pensando desde hace tiempo, no porque le gustara los dramas y estuviera obsesionada con un grupo de K-pop que iba a separarse pronto... no. Quería una vida nueva, empezar desd...