┃Capítulo 69┃

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La neblina de la somnolencia se había despejado por completo. Todo mi ser ardía de vida. Y quería corresponder a la pasión de Bae Hyun, quería olvidar, aunque sea por una vez, todas mis inhibiciones.

Cuando acomodó mejor su cuerpo sobre el mío, y sus manos empezaron a moverse, olvidé gran parte de esos miedos que me invadían. Tenía que limitarme a sentir el calor de su mano deslizándose desde mi cintura hasta la cadera, apretó un poco ahí y fue por más, a mi trasero, lo que me provocó un gemido de sorpresa. Él se separó lo suficiente para sonreír, lo sentí, no hizo falta verlo. 

-Te dije que no podía prometer que no lo haría.

-¿Eh?-abrí los ojos, mi cerebro estaba bloqueado. Y él tenía esa sonrisa demasiado sexy.

En vez de contestar, renovó el beso y apretó mi trasero otra vez con más sensualidad de la que debería ser capaz un ser humano.

Y ahí lo recordé, el beso en mi departamento, en una posición más o menos igual a esta. Sus manos deslizándose por mi cuerpo, igual que ahora. No me daba tiempo a pensar en las imperfecciones que yo notaba todos los días, pero que no admitía porque, al final del día, sólo me bastaba con que mi cuerpo fuera funcional, no sexy o digno de ser visto por otros ojos que no fueran los míos.

<<Necesito verte>> él lo dijo esa misma mañana, sólo unas horas antes. Era una petición muy específica. Y quería sentirme capaz de cumplirla.

Los besos se trasladaron a mi cuello, lo que me causó varios escalofríos de pies a cabeza. La tensión seguía ahí, podía sentir algún que otro tirón, pero no me importaba. Sus mimos eran demasiado tentadores como para dejarme llevar por el dolor. Noté que una de sus manos abandonó su recorrido por mis curvas para deslizar el tirante de la camiseta y besar el hombro descubierto, lo que me hizo muy consciente de sus futuras intenciones...

Tranquila, tranquila, solo respira profundo. Ha pasado un tiempo, es verdad, no es como si fuera la primera vez...

Pero sería mi primera vez después de años, así que de algún modo todo se sentía nuevo.

Bae Hyun besó mi clavícula, y siguió descendiendo, la tela de la camiseta también descendía para dejar al descubierto el sujetador blanco. Olvidé cómo respirar, eché la cabeza hacia atrás. La copa del sujetador se estaba deslizando, ya podía sentir la brisa, y gran parte de esa brisa provenía de la respiración controlada de Bae Hyun. Ya estaba descendiendo a la cúspide misma cuando el timbre de la casa sonó, retumbó en las cuatro paredes de todas las habitaciones, incluida la nuestra.

-¿Es lo que creo que es?-cuestionó Bae Hyun a nadie en particular, sin despegar la vista de mi pecho.

El timbre sonó otra vez, él cerró los ojos y gimió como un animal herido.

-Si no lo escucho no es real, si no lo escucho no es real...

Timbre otra vez, y se le sumó el celular, el cual vibró en el bolsillo del saco que estaba a los pies de la cama. Vibraba y timbraba al mismo tiempo.

Otro gemido lastimero por parte de Bae Hyun y dio media vuelta para acostarse de espaldas, bufando y chillando como solo los coreanos pueden hacer cuando están frustrados y enojados.

-¿Acumulé karma en mi vida pasada? ¿Qué tienen los dioses en contra de que yo bese tus....? –miró mi zona en cuestión y se agarró la cabeza con ambas manos-aaaaaghhh. Quien quiera que sea, voy a matarlo. Definitivamente voy a matarlo.

Yo estaba en modo estatua, solo viendo como él alcanzó su celular y atendió la llamada con un tono sumamente enojado, casi rabioso.

-¿¡Qué!?

Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora