┃Capítulo 37┃

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Quería creer que mi corazón acelerado y mi falta de respiración eran por haber subido diez pisos corriendo, pero una vez que la agitación por el ejercicio forzado se fue, ya no tenía duda. Estaba sufriendo una especie de ataque de pánico y nada me ayudaría. Mi cerebro se negaba a procesar lo que pasó. Y quería seguir sin procesarlo por lo que me quedara de vida, si era posible.

Al día siguiente

-Abi. Eres un zombi. ¿Segura que estás bien?

Debía ser la milésima vez que Sun Hee me preguntaba eso, solo en esta mañana, y mi respuesta era un: no dormí bien anoche. Lo que es cierto, pero no dije el por qué.

-¿Cólicos menstruales?-preguntó con un susurro. Asentí. No era propio de mi aprovecharme de los cólicos... los sufría bastante, me doblaba del dolor y era muy difícil trabajar en esos días, pero ahora me salvaban de preguntas incómodas que no me sentía dispuesta a responder. Nunca.

-Uhm. Te traeré algo de medicina más tarde. ¿Si? Espero que te sientas mejor para mañana.

Quise rezongar, la fiesta de compromiso de Min Hyuk. ¿Tenía que ir? No quería ir. No es que mis sentimientos tuvieran algo que ver, ya asumí que lo perdí, pero... un sábado sólo para dormir y no preocuparme por el trabajo o mi vida sentimental sonaba tan bien...

-Vi un vestido muy bonito en el catálogo de la tienda que te dije el otro día. Perfecto para tu tono de piel y por debajo de la rodilla.

Sun Hee tenía un gran amor por la moda, y un gran amor por verme con un vestido. No tenía fuerzas para negarme y protestar que los vestidos no eran lo mío, porque eso significaría entrar en una discusión interminable sobre por qué mi cuerpo era ideal para los vestidos y que debía lucir un poco de mi escote...

Hablando de eso.

-¿Escote cerrado?

-En V. ¡No es profundo, te lo prometo! Sé que no te gustan los vestidos escotados, me sorprende que pienses que elegiría uno que mostrara las dotes que los dioses te dieron.

Eso me arrancó una risita, no pude evitarlo.

-Está bien, iremos a recogerlos por la tarde, pero si no me gusta cómo me queda, iré de pantalón y una camiseta muy larga.

Como la suerte no estaba de mi lado últimamente, el vestido me quedaba bien. Era de un color salmón muy suave, de una tela que bailaba con cada movimiento, lo que hacía muy fácil llevarla. El escote, como prometió Sun Hee, era en V, mostraba mis clavículas y cubría mis hombros de una manera delicada y femenina. Tuve que admitir que me quedaba bien.... Si mirabas de mi cuello para abajo, lo de arriba se encargaría Sun Hee el sábado por la mañana, antes de salir a la fiesta, que estaba programada para la tarde (yo tenía que ayudarla primero con su peinado, y solo Dios era testigo de que Sun Hee no se decidía por el peinado hasta la hora de salir), cerca de las seis. Los tortolitos querían ver el atardecer con el resto de los invitados, y hacer la propuesta formal en ese momento.

Era tan romántico que vomitaría arcoíris si pudiera.

-Abi... sé que ya te hice esta pregunta antes pero... ¿Estás segura de que quieres ir?

Ella le estaba dando los últimos toques a las ondas en mi cabello, que decidí llevarlo suelto, para dar a mi aspecto más informalidad.

-Sí, Sun Hee-mi voz sonaba algo apagada, pero no era por la fiesta, sino por un cúmulo de cosas que no quería dar nombre todavía. Me levanté para mirarla a los ojos, quería tranquilizarla, o al menos intentarlo, porque ella igual seguiría preocupada por mí, sin importar lo que diga.

-Mi corazón está bien. Quise y quiero mucho a Min Hyuk, ha sido un pilar desde que empecé a trabajar en la pastelería, eso nunca dejará de ser un hecho, y justo por eso quiero que sea feliz. Es muy obvio para todos que Eun Ji lo hace muy feliz, y eso es lo que importa, ¿No te parece?

Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora