┃Capítulo 128┃

179 20 4
                                    

Mi cabeza retumbó en el colchón igual que el resto de mi cuerpo, traté de incorporarme haciendo impulso con los codos, no obstante Bae Hyun se abalanzó sobre mí como un depredador sobre su presa indefensa.

No solo estaba dando rienda suelta a su lado perverso, sino a la pasión en su estado más elemental. No tardé en sentir que mi pasión se encendía de la misma manera. Quería acariciarlo... hasta ahora no puedo contar las veces en las que reprimí ese deseo, mientras me besaba aproveché la oportunidad para deslizar mis manos por su espalda, buscando la orilla del jersey para quitárselo.

Él soltó un jadeo como si le hubiera provocado un gran dolor.

-¿Te lastimé?-pregunté,  avergonzada.

-No... -inspiró lento y alzó la cabeza para mirarme-es solo que no voy a durar mucho si me tocas.

-No vas a... uh. Ya veo.

Él soltó una risita y rozó mi nariz emulando un tierno beso esquimal.

-Sólo dame un segundo para controlarme y dejaré que me acaricies todo lo que quieras.

Tardó dos segundos. Se incorporó para quitarse el jersey él mismo.

No es que me queje de que me haya negado ese privilegio, la vista que ofrecía su torso desnudo era más que impresionante...

Y ciertamente acerté en mi suposición de hace meses: sus pectorales estaban más esponjoncitos de lo que recordaba, al igual que sus abdominales. La luz del atardecer que se filtraba por la habitación provocaba un juego de luces y sombras en toda su fisonomía que lo hacía más arrebatador que de costumbre...

-Interesante. Si hubiera sabido que tendrías esa reacción, me habría quitado la ropa desde el principio.

Cerré la boca, unos segundos más con la boca abierta y habría babeado.

-Conociendo lo arrogante que eres, la verdad me extraña que esperaras tanto para hacerlo.

Él sonrió con ese brillo picarón que tanto adoraba, se inclinó sobre mí hasta rozar mi nariz.

-Haré que la espera haya valido la pena, bonita.

Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza con esa promesa. Él calmó mis miedos con besos más suaves por mi cara y cuello antes de despojarme de cada prenda de ropa que me cubría.

El miedo que sentí la primera vez que quedé totalmente expuesta no tenía comparación al de ahora.

Cada cicatriz era una marca que contaba mi historia de supervivencia, una que siempre pretendí olvidar porque el dolor me impedía respirar, y ahora estaban todas a la vista de Bae Hyun.

-Abi.

-¿Uhm?

-Mírame.

Cerré los ojos con más fuerza y negué con la cabeza. Sentí la calidez de su mano en mi mejilla y me apoyé en ella, buscando algo, quizás consuelo, o quizás una dosis de realidad.

-No tienes que tener miedo de lo que puedo pensar sobre tu cuerpo. Es precioso.

A esta altura no tendría que tener la capacidad de sonrojarme... pero lo hice, aunque no tuve las fuerzas para abrir los ojos y hacer contacto visual.

-Tú no estás nada mal.

-¿Nada mal?

No me hacía falta abrir los ojos para saber que estaba sonriendo.

-No creo que este sea el momento para enumerar los adjetivos que elogian tu belleza masculina.

-Es verdad. Pero quiero oír esos adjetivos de todos modos.... Más tarde.

Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora