┃Capítulo 133┃

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Me desvanecí por el esfuerzo, estuve inactiva demasiados días evidentemente... pero era más fácil ceder a la oscuridad que luchar contra ella.

-Abi... no puede ser... amor... bonita ¿Me escuchas? ¡Reacciona!

Esa voz rota se hizo eco entre la oscuridad, apenas si tuve fuerzas para abrir los ojos cuando unas manos temblorosas sujetaron mi cara y me estampó contra algo blandito y cálido con un latido fuerte y constante.

También tenía un aroma a menta y a colonia cara.

Mi Bae Bae.

-Tiene fiebre... por Dios... ¿¡Cómo pudiste dejar que enfermara a este extremo!?

Aunque su voz era fuerte y sumamente furiosa, el temblor en sus manos delataba un miedo atroz.

-Ya te lo dije. Ella lo hizo por sí sola. Se negó a comer o beber algo... aunque creo que uno de mis hombres le daba agua y medicinas a escondidas. Estoy seguro que no habría sobrevivido si no fuera por él.

Intenté formular una palabra, pero eso provocó un pequeño ataque de tos, él me abrazó más contra su pecho, como si deseara que me fusionara para no soltarme nunca más.

-Te... te dije... que no vinieras...-logré decir.

Él me apartó de su pecho y sujetó la cara para que pudiera verlo... aunque mi vista estaba un poco nublada.

-¿Cómo no podía no venir, tontita? ¿Cómo puedes pensar por un momento que...-su voz se quebró, y eso dañó mi alma-no vendría a buscarte?

Mi vista logró aclararse, pude ver el brillo de las lágrimas por la impotencia y la furia, también una herida en su labio y ceja izquierda.

Peleó para llegar hasta mí.

-¿Me pueden ahorrar la escena sentimental, por favor? No tengo estómago para soportarlo.

La oscuridad reinó en su rostro, pensé que iba a explotar... pero no lo hizo, me ayudó a recostarme con suma delicadeza, y del mismo modo me cubrió con su parka, se sintió como un manto cálido y protector.

-Todo va a estar bien, lo prometo. Esta pesadilla terminará pronto.

Que hablara en español inquietó mi corazón, más de lo que ya estaba, quería gritarle que me liberara... aunque no podía hacer gran cosa, pero ya me harté de estar sometida, vulnerable e inútil.

-Fuiste demasiado lejos, Dae Ju. Puedo soportar que atentes contra mi vida, contra mi trabajo, pero utilizar a Abi para hacerme daño es lo más estúpido que has hecho hasta ahora. Lo más estúpido y lo último que harás.

-¿Se supone que debo sentir miedo por esa amenaza, pequeño Bae? Utilizar tu debilidad es lo más básico que podía hacer... y la serviste en bandeja de plata, prácticamente.

-Sobornaste a un policía, maldita sea.

-¿Y fue mi culpa que aceptara el dinero? Madre siempre te lo dijo, toda persona tiene un precio, no importa si es buena o mala.

-¡No menciones a esa mujer en mi presencia!

-¡Esa mujer es tu madre, idiota! Y siempre fuiste su preferido, no le importaba mi esfuerzo ni el de mi hermano, siempre terminaba comparándonos contigo. El tiempo puede pasar... pero el golpe en el orgullo no, ¿Sabes?

-No me importa tu orgullo. Déjame llevar a Abi para que la atienda un médico, después puedes hacer conmigo todo lo que quieras.

-No... no...-me removí, inquieta, buscando fuerzas de donde no las tenía para liberarme.

Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora