┃Capítulo 74┃

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Esta vez no era el tono de un niño bueno y obediente, sino de un hombre considerando si le mentía o no.

-Uy, es un poco tarde. Debería prepararme para ir a la sesión de hoy.

No pasaban de las ocho y media, y la cita era a las diez, pero ya no podía mantener la farsa alegre por más tiempo, si bien fue divertido torturarlo un poco, no quería recibir las consecuencias de dicha tortura, todavía no.

-Sí... y yo debería hacer lo mismo... para irme a trabajar.

Asentí como única respuesta y fui a dejar la taza en el plato en el fregadero, pronto Bae Hyun me acompañó y trajo su plato, lavamos los elementos en silencio y después, cada uno a su baño: él a la planta alta, y yo en la planta baja. El agua caliente relajó mi cuerpo y mis hombros tensos, demoré un poco más de lo usual para relajar esa tensión, realmente esperaba que eso ayude a que el fisioterapeuta pueda avanzar con los masajes.

Salí en medio de una nube de vapor y con una bata azul (Bae Hyun tenía muchos accesorios de este color por toda la casa, si eso no gritaba que era color favorito, no sé qué más podría), me quedaba un poco grande, y estaba ajustando el cinturón en mi cintura cuando distinguí una figura masculina justo en el marco de la puerta de entrada de la habitación, chillé por la sorpresa. Bae Hyun estaba serio, jodidamente sexy, y por un momento olvidé cómo respirar.

No es que estuviera sin camisa, de hecho, tenía una camisa puesta, de color negro, que complementaba con un pantalón de vestir del mismo color. Esto estilizaba su figura y sus largas piernas. Y su mirada de: yo sé que tú sabes que soy sexy y no puedes hacer nada para remediarlo.

-¿Ya... ya te bañaste?-el silencio ya pesaba en mis pulmones, tenía que decir algo.

-Sí.

Avanzó hacia mí, y por puro instinto, retrocedí.

-Ah... ya veo. Tienes una buena presión del agua aquí, je... je... en mi departamento a veces... a veces el agua no sube...

¿Por qué me miraba así, como un gato asechando a su presa? ¿Era su venganza por jugar con él antes del desayuno?

-Recordé algo.

Mi garganta se secó al instante.

-¿Sí?

-Uhmjum-asintió.-y me gustaría que lo confirmes.

Mi cerebro trabajó a mil por hora, mi cuerpo seguía retrocediendo ante su avance de predador, hasta que mi espalda finalmente encontró la pared, causando que soltara un jadeo por la sorpresa.

-¿Qué... qué recordaste, exactamente?

Ya sólo nos separaba un suspiro, su altura resultaba asfixiante, emocionante, ocupaba todo mi campo visual, respiraba su aroma fresco después de la ducha, con algunos mechones todavía húmedos cayendo por su frente.

-Recuerdo que te conté sobre mi madre y Jin Ahn.

Un suspirito de alivio escapó por mi nariz, me permití relajarme contra la pared.

-Sí. Lamento mucho por todo lo que tuviste que pasar...

-Lo sé, me reconfortaste. Siento que quité un gran peso sobre mis hombros, gracias a ti.

-Ah... yo... bbueno, es bueno ser útil de vez en cuando...

Mientras decía eso él se inclinaba cada vez más, al punto que nuestras frentes chocaron con un ligero toque.

-También recuerdo que interrumpieron algo...

Ay, madre santa.

-Y quería comprobar... si fue un sueño... o si pasó de verdad.

Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora