Todos los calores subieron a mi cara y me ardieron las orejas, de paso. Bae Hyun estaba bastante tranquilo. ¿¡Cómo podía estar tan tranquilo cuando yo logré... excitarlo de esa manera!? O quizás no era yo. La verdad, era algo que los hombres no podían controlar. A veces podían ir por la calle, con la mente perdida el infinito del universo y de pronto... ¡Iiiup!
-¿Estás riéndote de mí?-cuestioné furiosa, y como si quisiera cercenar esa parte en particular.
-Nunca vi a nadie poniéndose en ese tono de rojo en solo unos segundos.-dijo, su cuerpo vibrando por la risa pero los ojos eran ternura en todo su esplendor.-Ha pasado mucho tiempo para ti, ¿verdad?
Si pudiera ponerme más roja, lo haría, pero como eso era imposible, me limité a cortar el contacto visual.
-Bueno... yo... uhm. Sí.-solté una risa amarga-más años de los que puedo admitir. Imagino que no puedes decir lo mismo...
-... un año.
-¿Eh?
-No he estado con nadie desde hace un año... un año y dos meses, más o menos.
-¿¡Qué!?-chillé, brinqué y mi cabeza chocó contra el techo, otra vez. Maldita sea.
-He tenido relaciones de una noche en mis tiempos de juventud... en especial mientras estaba en estudiando en Estados Unidos. Ya estaba cansado de eso cuando regresé a Corea, y no niego que las oportunidades se presentaron en varias ocasiones, pero esas mujeres sólo querían aparecer en la columna de chismes y hacerse famosas. Si me acostaba con ellas eran capaces de revelar todos los detalles con tal generar escándalo. Y como el soborno es un método que me provoca nauseas... opté por solo ser visto con alguna modelo para que no surgieran rumores de homosexualidad y ya.
¿Bae Hyun acaba de revelarme parte de su pasado y de su presente...? ¿¡Justo ahora!? ¿Cuando no tenía nada ingenioso para decir, salvo pestañear como una estúpida?
-Yo... uhm. Lamento que hayas tenido que pasar por eso.
-Es parte de lo que me hacer ser este hombre que ves hoy.
Mi corazón explotó, literal y metafóricamente hablando. Explotó de amor por él.
-Ssussussu Sun Hee... ¡Tengo que hablar con Sun Hee!-invadida por el pánico, intenté huir tanto de él como de lo que sentía.
-Puedes estar tranquila.
-¿Sobre qué?-mi voz sonó estrangulada.
-No te forzaré a tener relaciones conmigo, no en este auto por lo menos. Será en un buen lugar... un cómodo lugar... donde podré acceder a cada parte de ti sin que golpees tu cabeza contra el techo.
Si pudiera poner un cohete de esos que impulsan los transbordadores de la NASA en mi trasero para poder salir expulsada del auto y perderme en la infinitud del universo... juro que este sería el momento ideal para eso.
-Casi puedo escuchar lo que estás pensando en esa hermosa cabecita tuya.-susurró, en sus ojos brilló una sonrisa pícara y jodidamente sexy-todo estará bien, bonita.
Houston, tenemos un problema. Alerta de colisión. ¡Alerta de colisión!
-Saldré primero, si me lo permites, para controlar a Pompón.
Sólo pude asentir y moverme al asiento del copiloto para dejarlo salir. Pompón saltaba sobre él, tratando de abrazarlo con sus patas delanteras. Era casi tan alta como él, una enorme bola de pelos que le llegaba al pecho.
-¿Me extrañaste, Pompón? Uy, sí, me extrañaste, yo también te extrañé, Pompón.-le hablaba como si fuera un bebé mientras le acariciaba la cabeza, despeinando todo su pelaje.
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Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADA
Lãng mạnTomar la decisión de mudarte a otro país no es fácil, pero Abril lo venía pensando desde hace tiempo, no porque le gustara los dramas y estuviera obsesionada con un grupo de K-pop que iba a separarse pronto... no. Quería una vida nueva, empezar desd...