┃Capítulo 73┃

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Me gustaría poder decir que logré pegar los ojos durante la noche, pero no lo logré. Cada vez que intentaba dormir, Bae Hyun soltaba un ronquido en un tono más alto, o se movía, o murmuraba, todo eso sin dejar de abrazarme.

Ya no sentía mi seno derecho, ni el resto de ese lado, la verdad.

-¿Jefe Song, usted está...? ¡Oh ma...!

-No, no, no ¡No se vaya, por favor!

Una mujer de mediana edad había ingresado a la habitación, y cuando notó que era una estatua con ojeras y los ojos muy abiertos recibiendo los primeros rayos del amanecer, salió disparada, no obstante, al escuchar mi voz susurrante llena de urgencia, regresó.

-¿Usted es el ama de llaves?-murmuré, no quería alzar la voz para perturbar el sueño de Bae Hyun.

Sólo el ama de llaves tendría el código de la casa y la libertad de entrar a la habitación del jefe.

-Sí, Chae So Mi, señorita Gónzales.

-¿Usted... me conoce?

La sonrisa que apareció en su cara fue tan sincera que calmó mi corazón acelerado.

-Sí, el jefe me habló mucho sobre usted.

Carraspeé al no encontrar nada inteligente por decir, miré la cabeza de Bae Hyun, ya que era lo único que alcanza mi visión.

-Uhm. Bueno... ¿Cree que... pueda ayudarme con esto...? Es que... uuhm...

¿Cómo le dices a una persona que acabas de conocer que tu vejiga está a punto de explotar?

La mujer me miró con cierta curiosidad, y no pude culparla por ello.

-Es que él... no deja que yo...-intenté zafarme para demostrarlo, pero el agarre de Bae Hyun no cedió ni un milímetro- me mueva.

El suspiro resignado debió conmoverla, porque se acercó y trató de ayudarme a liberar el brazo de Bae Hyun que me rodeaba por la cintura.

-Niio, déjenme dormir.-su voz salió como un murmullo, y restregó su cara en mi pecho un poco más.

-¿Bebió algo anoche?-cuestionó la señora Chae, podía ver la risa en sus ojos, pero tenía el decoro de contenerse.

-Soju. Una botella.

-Oh, él no tolera el soju.

-Ya lo noté.

-Jefe Song, Jefe Song-lo llamó con suavidad, tanta que instaba a seguir durmiendo, no a despertar-Jefe Song, despierte, es tarde.

-Uuuuhmmffffmm.

-Jefe Sooong....

-No. Mi almohada. Mía.

Me apretó más contra él para reforzar sus palabras. Ella no pudo contener la risa, aunque fue más una risotada corta antes de retomar el control y mirarme con una sonrisa amable.

-Lo lamento, señorita Gonzáles, cada vez que bebe soju... o, mejor dicho, las raras ocasiones en los que lo bebe, es imposible despertarlo.

-No puede hablar en serio.

-Me temo que sí, él despertará solo. Son las...-miró el reloj en su muñeca-seis, despertará a más tardar a las ocho. A pesar de la borrachera, tiene un reloj interno muy justo.

Mi gesto debió ser el más lamentable y patético que esa mujer haya visto en su vida, porque sus ojos se llenaron de compasión al decir:

-El jefe tiene insomnio crónico, me temo, que lograra dormir tantas horas es bueno... aunque, me temo que usted no pudo dormir mucho, ¿Verdad?

Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora