Mi nueva vida en Corea ┃Latinas en Asia┃FINALIZADA

┃ Capítulo 8┃

-Eh...-carraspeé y traté de mantener una imagen neutral, como si no acabara de confesar mis sentimientos en el peor momento-quiero decir, si él me gustara... la mitad de lo que me gusta tu personalidad. Ti-tienes una personalidad muy afable, no tiene comparación con la de ese idio... con la de Bae Hyun. ¡En lo absoluto!

Juro que pude escuchar el sonido de la luz del semáforo cambiando a verde, así de silencioso estaba el ambiente. Min Hyuk sólo dejó de mirarme para avanzar en el tráfico. Deseé poder gritar hasta quedarme sin voz, saltar hasta sentir el cansancio en la médula de los huesos.

-Uhm.

Mi corazón dejó de latir ante ese simple sonido.

-Uhhm. Ya. Entiendo lo que quieres decir.

-¿De verdad? –traté de que mi voz no sonara chillona y desesperada. Traté, creo que más bien soné como si me estuvieran estrangulando.

-Claro. Bae Hyun no dio una buena primera impresión. Pero eso puede solucionarse si hablo con él al respecto. Puedo explicarle que no te gusta que te moleste y que trate de ser más amable y comprensivo ¿No? Yo creo que en verdad le gustas, podrías darle la oportunidad de conocerte, y tú darte la oportunidad de conocerlo. ¿Qué piensas?

Que quiero abrir la puerta y saltar de este auto en movimiento.

-Al menos que no quieras, claro. Sólo estoy sugiriendo. Y sonó muy entrometido de mi parte, lo siento. Pero es que, como te decía, es la única explicación que se me ocurre para que él te trate así. Los hombres a veces nos comportamos como unos idiotas ante de la chica que nos gusta...

-¿Te comportas como idiota ante la chica que te gusta, Min Hyuk?

Su sonrisa desapareció por un momento, y mi mundo terminó de desmoronarse.

-La verdad, no –la sonrisa regresó, pero era triste, igual que sus ojos, ya no emitían ese brillo alegre y esperanzador-me comporto como un tonto; mi corazón late rápido, me sudan las manos y mi cerebro queda en blanco. Era una pesadilla, no obstante... mejoré con el paso de los años. Ahora sólo me sudan las manos.

-Ah... eso es un gran progreso.

-Sí. Es bueno poder escuchar lo que ella dice sin que los latidos de mi corazón me dejen sordo.

Esa ella era más real ahora, en este instante, que hace horas, cuando Bae Hyun la nombró como el primer amor de Min Hyuk. No hacía falta ser adivino para saber que estaba hablando de ella.

Noté que estábamos cerca de mi departamento, él miraba la zona, tratando de ubicarse.

-¿Es por aquí?

-Sí. Muchas gracias por traerme-no esperé a que frenara para quitarme el cinturón. Lo único que podía pensar era que quería salir de ese auto, de esta realidad que me impedía respirar.-nos vemos el lunes en la panadería. Buenas noches.

Salí apenas pisó el freno, el viento frío me golpeó en la cara, una caricia gentil para mis ojos, que ardían por las lágrimas contenidas.

-Abi, espera.

Cerré los ojos y escuché la puerta del auto cerrarse, los pasos de Min Hyuk; quería encontrar las fuerzas para voltear y verlo, pero ya no quería escuchar lo que tuviera que decirme, él no era consciente de que cada palabra que salió de sus labios en los últimos minutos fueron un golpe directo en mi alma, por decir poco.

-¿Si? –respiré profundo, y volteé. Él estaba a dos pasos de distancia, y sus ojos brillaban, preocupados.

-Siento que dije algo que no me correspondía... me refiero a Bae Hyun.