Planeta Verde

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Desde que les dejaron usar el celular en aquel hospital, Isabella y Josias volvieron a sonreír. Intercambiaban mensajes entre el noveno piso de Isabella al sexto de Josias, pero nunca se vieron en persona, ni se enviaron fotos, audios o videos.

Sus cuerpos estaban allí en la tierra, pero en sus cerebros vivían en un lugar muy distinto. Caminaban siempre de la mano en su "Planeta Verde", aquel increíble hogar que habían pintado con tinta color imaginación.

Allí, entre montañas cubiertas con alfombras de tulipanes multicolores, se sentaban cada día, mirando los lagos color esmeralda que bajo sus pies yacían, invitándolos a vivir. Charlaban de música, poesía, arte y de ramilletes de lápices de colores. No les quedaba un solo minuto para sentir dolor, ni el frío de la habitación o el miedo de su futura realidad.

Cuando desconectaron a Isabella del último aparato, su calvície y piel pálida no combinaba con la alegría que abrigaba adentro. El recuerdo de ella lo acompañó veinte días más, hasta que él también cerró sus ojos verdes, en paz y tranquilidad.

En la recepción del hospital aún se ve pintado en la pared un pequeño cuadro con muchos tonos de verde. Algunos creen que las dos siluetas dibujadas allí, son ellos, inmortalizados en arte. Yo creo que aquel planeta algún día existirá. ¿Qué crees tú?

 ¿Qué crees tú?

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Un viaje a través de mis MicrocuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora