El epílogo

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Había un libro color a mar, con olas guardadas, con sal, rocas y caracolas. Era un libro de poemas, sencillo pero profundo.

Un día llegó a su fin. Su poetisa desesperada por un escape, decidió terminarlo sin más. Agregó la palabra "FINAL", y subió a una roca inmensa frente al mar. Casualmente el libro se llamaba "Lo que grité al mar".

Y solo cuando estaban allí arriba, los versos se percataron de lo que pasaba. Solo entonces las letras empezaron a gritar. Tenían un miedo horroroso a su evidente destino. Hasta el título, que inocentemente nunca se había dado cuenta de su trágico desenlace, empezó a llorar.

Definitivamente cada una de aquellas palabras, terminarían en un suicidio masivo hacia la profundidad del océano.

Pero eso no fue aceptable para el FINAL. Cuando la escritora se tiró a las aguas, atada a su último poema, él suplicaba un rescate. Quería vivir, quería encontrar un barco y salir en busca de las pobres letras ahogadas.

Entonces apareció un escritor que paseaba por la playa más cercana. Luego de escuchar ese escándalo, él fue corriendo a la cima de la roca. Al llegar, vio aquel libro casi en blanco, tan vacío, tan triste. De la última página colgaba una pequeña "l" minúscula. Ele que se hizo cursiva para amarrarse a aquel extraño.

—¡¡Epílogo!!  —le dijo asustada— ¡Danos un epílogo! —volvió a pedir.

El escritor, inmediatamente sacó un lápiz de su bolsillo, en un intento de resucitar, una ya casi fallecida, obra de arte.

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Un viaje a través de mis MicrocuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora