Si hubieras podido, usarías una nave espacial, pero tuviste que elegir un helicóptero para recorrer los kilómetros que separaban tu ciudad de la capital.
Ese concierto era el sueño de tu vida. Ni la inexistencia de vuelos convencionales, ni el precio que tendrías que pagar, te impedirían llegar allí.
Cuando el show empezó, yo estaba entre la multitud. Te vi de lejos, ¿me viste tú? Luego de la primera canción, yo sentí que todo era increíble. Nada puede reemplazar la música en vivo.
Pero el cantante se detuvo, la batería dejó de sonar. Todos esperábamos un milagro, caminando por el local de piso de cemento y sin techo. Cada estrella del cielo iluminaba la noche. Yo te buscaba, pero ya no te encontré. ¿Ya habías despertado? Ni siquiera dormías como yo. Mi despertador tocó unos cinco minutos después. Tardé toda una mañana en asimilar mi ausencia. Yo vivía injustamente más lejos que tú, y en mi billetera, a diferencia de la tuya, solo había documentos y fotos; nada para trasladarme a este evento tan grandioso.
Pero real o no, yo había recibido un tesoro: una canción que nunca olvidaré, un momento único y la certeza de que al menos una vez en mi vida respiré el mismo aire que entraba en tu pulmón. Porque lo que viví con los ojos cerrados fue casi tan verdadero como lo que viviste tú. Recuerdos con colores y sonidos, guardados en la caja gris. Que siempre estarán guardados en mi caja gris.
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Un viaje a través de mis Microcuentos
General Fiction¿Te cuento un cuento? Entra para viajar por estas páginas donde en tan solo un minuto podrás sentir y vivir lo que tu imaginación o pensamientos te quieran pintar. Porque aquí lo único que haré será escribir, ¡todo lo demás te toca a ti! Microcuen...