(Escribí escuchando I Don't Wanna Miss a Thing - Aerosmith)
Cada mañana, Alex, al despertar, me preguntaba si había soñado con él. Era imposible no soñarle, así que siempre me tenía ahí contándole todas las aventuras que de algún modo él había vivido sin saber, sin sentir, sin ni siquiera ver.
Creo que sus constantes despedidas con un "buenas noches, ¡sueña conmigo!", tenían mi cerebro trabajando sin pausas, para inventar diferentes viajes, cosas surrealistas, locas o impresionantes.
La verdad es que me encantaba hacerlo. Me encantaba ver su cara de felicidad mientras cerraba los ojos para imaginar mejor cada detalle de lo que yo le decía. Y es que a él le fascinaban los detalles. A mí lo que más me gustaba era estar junto a él, viviendo los dos en esos mundos de fantasía.
Hoy nuevamente soñé con Alex... otra pesadilla más. Al despertar, sentí que mi corazón se rompía en miles de pedazos. Sí, exactamente como sentí hace un año atrás, en el día que mi mamá me pidió que llevara a nuestro coche, su silla de ruedas, vacía. Era el último pedazo de él que quedaba en aquel horrible hospital. Aquel día creí que su silla era lo único que había quedado de él en todo el planeta. Había perdido a mi hermano para siempre.
Ahora cada noche, espero ilusionada su "¡sueña conmigo!". Después de despertar con los ojos rojos de tanto llorar, intento recordar lo que vivimos, en los 9 años y medio que compartimos este pequeño mundo de cuatro paredes blancas, donde le tocó vivir.
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Un viaje a través de mis Microcuentos
General Fiction¿Te cuento un cuento? Entra para viajar por estas páginas donde en tan solo un minuto podrás sentir y vivir lo que tu imaginación o pensamientos te quieran pintar. Porque aquí lo único que haré será escribir, ¡todo lo demás te toca a ti! Microcuen...